lunes, 14 de septiembre de 2009

La permanencia de mis pensamientos

La permanencia de los pensamientos que pasan por mi cabecita varía, indefectiblemente, de corta a nula. Esto es: recién viajaba en el colectivo, de Caballito a Belgrano, y de repente me doy cuenta que ya estamos en avenida Córdoba. Y me pregunto (porque yo estoy todo el tiempo dialogando conmigo misma): "¿En qué estabas pensando que el viaje se hizo tan corto?". No sé en qué pensaba, o si estaba mirando a alguien, o si estaba preocupada porque la panza me hacía ruido del hambre. No tengo ni idea de lo que pensé hace mas de cinco minutos.

Y eso debería ser un indicio para comportarme frente a la gente. Yo no puedo andar por la vida preguntándole a los demás en qué estás pensando cuando ni siquiera yo sé en qué estoy pensando. Es como pedirle a un cura que te explique cómo es el asuntito de la masturbación, cuáles son los pasos a seguir, y cómo te das cuenta si llegaste o no al orgasmo (ojo. soy conciente de que los curitas la deben tener clarísima en este asunto, pero andá, fijate, preguntale a un cura y vas a ver cómo te saca cagando).

No hay comentarios: