jueves, 31 de diciembre de 2009

Brindis

Por un 2010 con el doble de risas.
¡Salú!


miércoles, 30 de diciembre de 2009

Me duelen los dientes II

De verdad. Posta. Se me caen las lágrimas del dolor. No son los dientes. Encías. Mal. Horrible. Desesperante. Cansador. Es como si tuviera un ejército de enanitos martillándome. Todo el tiempo. No para. Se me van a caer todos los dientes. Voy a tener que comer papilla toda la vida. Me voy a morir.

Me duelen los dientes

Te juro.

martes, 29 de diciembre de 2009

En vísperas de año nuevo me gustaría

Estar con una sola persona.
Comer livianito.
Endibias, por ejemplo.
Al aire libre.
Que no llueva.
Pero que tampoco haga calor.
Mirar estrellas.
Tomar vino rico.
Hacer dibujos en el aire con estrellitas.
Porque desde chica las bengalas me dan miedito.
Comer cerezas.
O frutillas, pero casi no quedan.
Estar en silencio.
Charlar boludeces.
Escuchar alguna música y saltar.
Seguir saltando.
Fumar. Flor estaría bien.
Cantar bajito.
Contar secretos.
Escuchar palabras lindas.
Que no haya pan dulce.
Pero que haya turrón.
Blandito que sea, el turrón.
Y almendras.
Y después brindar.
A las doce, en punto, brindar.
Chocar las copas y pedir deseos.
Pero no decir los deseos en voz alta.
Eso es medio un quemo.
Yo soy sensible para adentro.
No puedo andar diciendo "paz mundial" sin sentirme pelotuda.
Y después que se transforme todo.
El brindis.
Las cerezas.
El turrón.
La noche estrellada.
Lo trillado de la velada.
Los alambrecitos de las estrellitas.
Lo cursi.
Lo ñoña que soy.
La bronca que me da.
Que se transforme todo eso.
En besos.
Y caricias.
Y cuerpos enredados.
Respiraciones agitadas.
Calor.
Calentura.
Y subir y bajar.
Y coger.
O hacer el amor.
Eso: hacer el amor.
Sería el cierre perfecto.
Y la mas perfecta bienvenida.

"Me gustás"

Hace mil que no escucho que alguien me diga eso. Puede que lo extrañe. Un toque nomás.

Intermediario

Hace un año quedaba en el medio: sabía la historia de uno y la historia del otro, las diferentes versiones. Me había convertido, sin querer, en confidente de las dos partes. Escuchaba y aconsejaba, trataba de ser imparcial aunque la imparcialidad y la objetividad sean la mentira mas grande de todos los tiempos. Me alteré. Me cansé. Y de un día para el otro dejé de ser confidente de uno. La historia, con el tiempo, proscribió.

Ahora, de vuelta. Otras historias y otros personajes. Las dos versiones, el no saber a quién creerle. El tener que hacerme la boluda y escuchar. Mentir en la cara. Ocultar cosas. El problema, este año, es que estoy involucrada. No es una historia ajena, es una historia que comparto. Es parte de mi historia. Es saber que a uno de los dos les estoy mintiendo. Que estoy callando cosas. Que, como se dieron las cosas, estoy mintiendo descaradamente. Me aburre. No quiero. Me hace sentir mal. No quiero seguir poniendo cara de poker. Lo peor es lo que demuestra esto: sin pena ni gloria, como la del año pasado, esta historia va a tener un final similar. Va a desaparecer. Y voy a haber quedado de vuelta en el medio. Yo, que trato de hacer las cosas bien, voy a haber quedado o como una mentirosa o con el corazón destrozado. No tengo ganas. No quiero. Me enoja. Me saca no tener la libertad para decir lo que se me canta a quien se me canta. Esto de los secretos no va conmigo.

Por la mañana

Un señor: Eh, mami, te chupo las tetas.
M: No, gracias.

Cualquiera. Esto de ser amable me está llevando por un camino infernal.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Hoy me siento IV

Hoy me siento como cuando le decía a mi mamá que me quedaba a dormir en la casa de mi amiguita: mentirosa.

Hoy me siento III

Hoy me siento como cuando te pasás con la sal en los fideos: sin retorno.

Hoy me siento II

Hoy me siento como el día en que intentaron explicarme qué era la primera comunión: una idiota mental.

Hoy me siento I

Hoy me siento como cuando no recibís respuesta a ese mail que demoraste diez horas en pensar, otras quince en escribir y veinticuatro en decidir si send o no send: una pelotuda bárbara.

Para Anónimo que quiere saber cómo fueron mis fiestas

Una garcha, como todos los años. Lo mejor fue el turrón que manduqué después de las doce. Lo peor fue la bombachita colorá que recibí como obsequio.

Trash

Volver en un taxi por Figueroa Alcorta, escuchando Nicola di Bari y disfrutarlo, es una de las cosas mas trash que he hecho en los últimos tiempos.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Regalos II

Soy tan pero tan ansiosa que compro los regalos a último momento porque me emociona tanto elegirlos y pensarlos que una vez que consigo "el" objeto de deseo del otro, no puedo controlarme y los entrego antes de tiempo.

Regalos I

Como Papá Noel es un ser despreciable que siempre me trae medias o cosas que no me gustan, hoy fui con mi aguinaldo todavía calentito y me compré dos super autorregalos.

Papá Noel, in your face.

Cómo me gusta este video

Repercusiones del corte de pelo III

"Te hace parecer mas joven. Tipo 23."

Mi ex. El sí que sabe cómo consolarme.

Obvia, la minita

Aquí iba publicado un post pretensioso post sobre un análisis de lagente según su gusto artístico. Sólo dejo: tolero muy poco a la gente que cuelga en sus hogares láminas/imitaciones de cuadros famosos. Salvo de Lichtenstein, porque soy minita, berreta, grasa y predecible. Asi soy. Y quiero una lámina/imitación de alguno de Roy con tipita melanco y llorosa.

Descontroladas

Asi tengo las emociones. Las ganas de ver a alguien. La sensación de haberme quedado con ganas de mas. La libido por el cielo. La necesidad de escuchar mas. Basta de Papá Noel: yo sólo quiero moretones, el casquito desordenado y un café tibio. Quedarme dormida mirando Dexter y despertarme preguntándole qué pasó, qué me perdí. Mas cenas en la cama. Mas palabras melosas. Necesito control, una pausa. Pensar y reflexionar mas. Parar. Dejar de construir castillitos de arena.

El Toti

Mariano se emociona porque me parezco al Toti Iglesias, y me manda una foto.


No te banco, Mariano.

martes, 22 de diciembre de 2009

Mudanza

Soy una ex novia cool. Cuando me dejan lloro y pataleo con mis amigas o conmigo, pero nunca con él. Soy de las que los ayudan a pesar de tener todavía el corazón roto en mil pedazos. Soy la que escucha, aconseja y perdona. Yo entiendo: el amor es así, en un momento puede terminarse, y no hay nada peor que forzarse en seguir estando con alguien a quien uno no ama. Cuando mi ex se mudó dejó mas de la mitad de los muebles, ropa y porquerías acá. No tuve problemas: por un lado yo no tenía casi nada mio, por otro él no tenía lugar donde guardar sus cosas. Me acostumbré a caminar entre las ruinas de lo que alguna vez había sido nuestro hogar. Me acostumbré a sus sillas, a su mesa y a su sillón. Me apropié de la silla de la compu y aprendí a querer esa azucarera que nunca había sido del todo mia.

Hoy mi ex vino a buscar sus cosas. Llamé al flete yo, y el vino con un amigo a cargar todo lo que había quedado acá. A medida que se vaciaba el departamento, yo sentía cómo, finalmente, se acababa todo. Cómo, después de casi seis meses separados, finalmente nos estábamos separando. Seguí cool. Hace algunos meses habíamos guardado con una amiga todo lo que de él había acá. Muchas cajas, todas prolijamente etiquetadas (en esos días, de hecho, un amigo me preguntó por qué tanto amor ordenando las cosas de ese que me había dejado, y yo no supe qué responderle). Casi como su hubiera presentido que el fin estaba cerca. El departamento se iba vaciando, y yo sentía que entre nosotros cada vez había menos. No estaba triste, estaba tranquila. Le recordaba qué mas le faltaba, qué me tenía que dejar. Estaba parada en la puerta, como el día que nos vinimos acá, y miraba cómo sacaban todas esas cosas que alguna vez habían pertenecido a nuestra casa. Me acordé del día de la mudanza: nunca fui tan feliz como ese día.

"Creo que ya está todo" dijo el amigo de mi ex, que me saludó con un beso y salió. Cuando miré a mi ex se me llenaron los ojos de lágrimas. Todo lo ex novia cool que puedo ser se fue al carajo, desapareció. Lo miré y me pregunté por qué: por qué no habíamos funcionado, por qué me había cagado tanto, por qué éramos tan distinos, por qué por qué por qué. Lo abracé, lloré en su hombro, le mojé la remera blanca, le di un beso y le dije que lo quería mucho. Él respondió que también. Miento: él respondió que me quería mas. Y agregó: "¿Justo ahora tenías que ponerte tan linda?". Volví a abrazarlo y volví a llorarle en el cuello. "No estés triste", me dijo. Y yo asentí con la cabeza, porque no podía decir ni media palabra. Lo acompañé a la puerta y lo vi alejarse por el pasillo, con ese andar tan particular y lleno de cancherismo que lo caracteriza. Cuando llegó a la puerta de salida, me miró, levantó la mano, se puso los anteojos, y salió.

Entré a mi departamento ahora desierto. Lloré. Lo recorrí. Lloré. Pensé que estaba igual que los días previos a la mudanza. Lloré. Pensé en cámara rápida en todo lo que nos había pasado en estos cuatro años y medio. Lloré. Fui al cuartito a buscar la reposera, porque considerando que ahora no tengo ni mesa ni sillas ni sillón, era lo único que me quedaba para tirarme a mirar tele. Lloré. La acomodé en medio del living. Lloré. La abrí. Lloré. Cuando me senté, la reposera se vino abajo. Y yo me reí.

Repercusiones del corte de pelo II

-Te queda lindo.

-Pero es medio colectivero, ¿no?

-No, ya sé: Caniggia.

-No, Caniggia no: Mariana Nannis.

-Toti Iglesias. Racing. Década del ´80.

Amigos de amigos con talento

Música amable y veraniega para un martes dormido.
Acá, para escuchar mas.

Ganaron los sí

Sí y sí. Sí. No. Sí. Sí. Sí. Sí. No. Sí. Sí. No sé (¡estaba dormida!). No. No. No. No. Sí. No. No. No. No. Sí. Sí.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Pintó el bajón

Y lo musicalizamos con uno de los temas mas tristes que existen.

Hoy quiero desconcentrarme

Que me abracen y me den besos en el cuello. Que me sigan diciendo que el corte de pelo me queda bien. Que me inviten a salir. Que me digan puta. Que no me digan nada. Que me acaricien. Que me digan linda. Que me den una sorpresa. Que me importe todo nada. Que me escuchen. Que me miren mientras duermo. Que me lleven la cena a la cama. Que me dediquen una canción. Que me cuenten un cuento. Que me inventen una historia de amor. Que me llamen por teléfono. Que me escriban una carta. Que me cuenten un secreto que nunca nunca le dijeron a nadie. Que me digan que les importo. Que me quieran un poquito. Que me garchen, mucho. Que me digan mentiras. Y creerme todo.

Buena señal

Mi pintor se llama Víctor Hugo.

Síntesis musical III

Franz Ferdinand y Jane Birkin haciendo un tema de Serge. Vale la pena, obvio.

Angustia chiquita

Es esa angustia chiquita, la que apaga un poco. La que no deja dormir del todo bien. Esa que no entendés bien de dónde viene y, por ende, no sabés cómo combatir. Esa que te pone en cámara lenta, que te hace avanzar despacio, con miedo. Que acelera el corazón y te pone ansiosa, nerviosa. Te desinfla. Te aburre. Toma la forma de recuerdos de una vida pasada, alguna vida feliz, pero pasada, que no está mas, y que no va a volver. "El amor es una mierda, no existe", le dije el otro día a un amigo. No quiero creer en mis palabras. "Vos tenés que seguir siendo así, divina", me dijo otro amigo, hace un par de días. ¿De qué me sirve ser divina? ¿Para qué? Si de cualquier manera terminan por elegir a las malas minas, a las jodidas, a las que les rompen en el corazón. Yo soy débil. En el amor soy débil. A veces me gustaría ser mas jodida, me gustaría que dejaran de lastimarme. Pero no. No me sale. No soy mala. No puedo ser mala. No quiero serlo. ¿Y entonces? ¿En qué quedamos? Si soy buena me dejan. Me dejan por buena y divina, precisamente ("sos demasiado para mi"). No puedo ni quiero ser mala. ¿Entonces? Anoche, antes de dormirme, pensaba de qué se enamora uno cuando se enamora. ¿Se enamora del estado de enamoramiento? ¿Se enamora del otro? ¿O de uno mismo cuando está enamorado? Algunas horas antes había hablado con una amiga: "Nosotras vemos el conflicto. El problema es que en vez de alejarnos corremos hacia él". Yo le respondí "tal cual. Yo vi un precipicio, y abajo alcancé a ver arenas movedizas, monstruos mitológicos, cocodrilos esperándome con la boca abierta. Y me tiré igual. Después me dicen que soy inteligente. Reverenda pelotudita soy, no jodamos". Mejor lo de la angustia chiquita. Pensar por qué uno vuelve a equivocarse es reconocer que uno no quiere aprender un carajo. La angustia, entonces, sigue siendo chiquita, una molestia permanente, como cuando hay un ruidito de fondo y vos querés dormir. No sabés de dónde viene el ruidito, pero en determinado momento es lo único que escuchás: un ruidito que no te deja dormir. Y te tapás la cabeza con la almohada pero el silencio del cuarto sigue interrumpido por ese ruidito de mierda, que se instaló en tu cabeza y loopea solito: por mas que pongas música, el ruidito sigue ahí. Es eso, la angustia chiquita. Que no te deja pensar con claridad, que no te deja actuar libremente, que no te deja disfrutar de la comida, ni del sol ni de nada. Es esa angustia que aparece cuando confirmás lo que sospechabas: para uno sos otra, para el otro sos nada. Apretar los dientes cuando dormís y apretarlos durante el día. Estar agitada. Y los ojos colorados: no son llanto, son cansancio. Es cansancio acumulado, es sentirte sola por la noche, es no tener nadie a quien decirle cómo estuvo tu día, es no poder hablar con nadie cuando estás aburrida, es caminar por tu casa escuchando la misma música viendo las mismas películas pensando en eso, en lo otro. Es darte cuenta que hace mas de seis horas que no hablás, y que lo poco que dijiste fueron puteadas a un mosquito que te picó. Es comer una pizza añejada, tomar un vaso de cerveza que no tiene gas, es pensar en cualquiera para no pensar en vos. Es no hacerle caso a tu cerebro, y seguir empeñada en seguir los caprichosos pálpitos de tu corazón. Es entregar todo a cambio de nada.

Después coroné, otra charla, y dije (reconocí), mi peor defecto: "Cuando empiezo a querer a alguien me desvivo para que el otro esté bien. Hago todo: lo escucho, comprendo, entiendo, hasta he llegado a aconsejarles que vuelvan con ´esa´ ex aun sabiendo que eso significaba quedarme sola. Pero no solo eso. Los cuido, quiero, mimo, y pongo todo para que sean felices. El problema, entonces, es que mientras yo hago todo eso por ellos, ellos también hacen todo eso, por ellos. ¿Y yo? Hasta yo me olvido de mi. Después lloro".

Haircut III

Si me acomodo el pelo de otra manera, puedo jugar a Tina Turner.

You´re simply the best! Yeah!

domingo, 20 de diciembre de 2009

Bored

Ya limpié mi casa, ordené ropa, me depilé, me bañé, me peiné de diez maneras diferentes, escuché música, tomé mate, comí porquerías, di una vuelta a la manzana, me vi una serie, empecé una película, leí, canté en voz alta, bailé sola, me saqué el esmalte de las uñas, charlé con amigas, dormí, hice listas y fumé. Sigo aburrida. Los domingos de soltera son una mierda atómica.

Repercusiones del corte de pelo I

"No, no te hagas asi que parecés un pekinés".

sábado, 19 de diciembre de 2009

Haircut II

A ver, la palabra clave es
Casco

Haircut

Cada tres o cuatro años cumplo el ritual mas estupido del universo: voy a la peluquería y le digo "Cortámelo, bien corto". Después salgo llorando de la peluquería, y me guardo hasta que vuelve a crecerme la cabellera.

Hoy no sólo cumplí el ritual, sino que además le dije: "Algo medio despeinado, desestructurado". Me fui al ocote mismo. Ahora, ¿sabés cómo quedé? Como el orto. ¿Sabés a quién me parezco? A David Bowie me parezco. Un horror.

Olvídense de mi, yo con este corte no salgo ni a comprar cigarrillos.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Vayan diciendo adiós

Es viernes

Entré en Zonaindie y encontré esto, el nuevo proyecto de Joey y David de los Pixies, asi que te lo comparto, vos dale play, y disfrutá.









De Belgrano no voy a extrañar

-Mis vecinos de arriba que juegan a la pelota en su piso/mi techo hasta la madrugada.
-Las cucarachas.
-La humedad.
-La gorda del kioso de la vuelta, que desde que la conozco usa el mismo batón.
-El super de la esquina, que tiene olor a perro muerto.
-Los chinitos del lavadero que no hablan, ni saludan, ni te dicen cuánto es, ni nada.
-El señor de la florería que me vende jazmines descartables.

De Belgrano voy a extrañar

-El barrio chino.
-Las galerías cutre de Cabildo, que tienen la mierda que necesites.
-Mi kiosquero Marcos, mi kiosquero de la esquina, la fiambrería de enfrente.
-El cine de Monroe.
-El videoclub de O´Higgins.
-Las medialunas de grasa mas ricas del condado.
-Mis plantas.
-La bañadera (¿o se dice bañera?).
-La parrillita de la vuelta donde se comen unos sánguches de vacío que mejor ni te cuento.
-El parque.

*

jueves, 17 de diciembre de 2009

Fakebook

El día que abrís tu fakebook y encontrás un mensaje que le escribió tu ex a su nueva ¿novia?, y no llorás, entendés que lo estás superando. Si además decís "qué grasa hijo de puta, cómo le vas a poner eso" y te reís, se cae de maduro: las charlas amables, han llegado a su fin.

Yo sueño chiquito

Ir en un auto, en la ruta, con la ventanilla baja, de acompañante. Que maneje algún "él". Escuchar este tema. Tal vez cantarlo, a dúo.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Hoy dije

"Creo que voy a rociar con kerosene el departamento y voy a tirar un fósforo. Que lo apaguen los nuevos". Y la gente, me felicitó.

El mundo está raro, che.

Es raro y no sabés cómo actuar

Cuando dormir con alguien empieza a sentirse peligrosamente cómodo. Cuando las cosas están claras objetivamente. Cuando son mas los silencios que las palabras. Cuando el beso de las buenas noches es calmo. Cuando se abre the ex-file. Cuando escuchás con interés. Cuando hablás sin pensar. Cuando pensás demasiado. Cuando abrazás y nada más. Cuando querés conocer mas. Cuando preferís que de eso no te cuente. Cuando lo mirás a los ojos. Cuando tenés que esquivar su mirada. Cuando sabés que sí. Cuando sabés que no. Cuando no sabés un carajo.

Ex

-Ese ex que te destrozó va a aparecer en el momento exacto en que vos estás empezando a superarlo. El consejo: no te ilusiones, es un mecanismo (a veces conciente, a veces inconciente) para joderte la vida.

-Las charlas amables con ese ex que te destrozó siempre terminan en un revolcón que te devuelve de una patadita al estado lamentable de enamoramiento que desemboca, siempre, en el terreno del sufrimiento. El consejo: no te ilusiones, fue un polvito nomás.

A veces me zarpo de minitah

Hoy a la mañana estaba tan pero tan minita,
que mientras preparaba el desayuno tarareaba este tema.

martes, 15 de diciembre de 2009

Una idea

Acabo de iluminarme: cuando me mude, como mi Santa Rita va a quedar abandonada, voy a comprarme una plantita de interior, y la voy a bautizar Rita, en honor a mi linda plantita. Seré una madre abandónica, pero en el fondo tengo un lindo corazón.
Esto de la inapetencia me está empezando a poner un poquito nerviosa.

Círculo amoroso

Yo, que soy divina y buena, siempre me enamoro de discapacitados emocionales. Los discapacitados emocionales, al mismo tiempo que me rompen el corazón se enamoran de histéricas y yeguas. Las histéricas y yeguas, además de romperle el corazón a los discapacitados emocionales se enamoran de los chicos buenos, que no les dan bola porque saben que la condición histérica y equina es imborrable. Los chicos buenos que les rompen el corazón a las yeguas histéricas se enamoran de chicas como yo, que les rompemos el corazón porque nos enamoramos de discapacitados emocionales, así sigue el círculo, y se repite, siempre.

Yo tengo mas culo que cabeza

Asi que hoy estoy con-ten-ta.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Molestia

Que a pesar de todo, sigas siendo el único con capacidad para consolarme, me da por el quinto forro del orto.

Año nuevo, vida nueva

Me resultaba extraño estar tan tranquila al respecto. Cuando me dieron la noticia la tomé como algo natural, esperaba que fuera a suceder. No sabía cuándo ni de qué manera, pero lo esperaba. Lo escuché y vi en la cara de mi papá un furia que pocas veces vi. Mi mamá igual, indignada. Y yo, tranquila. "Sabíamos que iba a pasar" les dije, y cambié el tema de conversación. Hablé con amigas, les dije la noticia, les dije que estaba bien, año nuevo, vida nueva. Bromeé al respecto. Escuché sugerencias, escuché quejas, mis viejos despotricaron. Y yo nada. Relajada. Demasiado relajada.

Ayer al mediodía fui a comer un asado a lo de mis papás. Comí un pedacito de carne y no quise mas. A la noche tuve una fiesta, comí dos pedacitos de queso, una empanada, y media porción de lemon pie. Hoy a la mañana me desperté, me hice un café con leche, dos tostadas y un jugo. El jugo lo tiré, las tostadas las tiré, y me tomé la mitad del café. Hoy a media mañana pedimos el almuerzo. Cuando abrí la ensalada, pinché una lechuga, y la tragué con un esfuerzo sobrehumano, como si estuviera tragando algo inmenso e imposible de digerir. "¿Qué te pasa que no comés?" me preguntaron las chicas. Y sin preámbulos me largué a llorar. Se me caían las lágrimas, eran lágrimas gordas, llenas de angustia, y no paraban de salir. Se me vino todo a la cabeza. Todo. Desde el primer día hasta hoy a la mañana. El patio. Mis plantas. Pintar de fucsia. Hacer los arreglos. El super de la esquina, el kiosquero de enfrente, el lavadero de la vuelta. Lo mucho que luché para ser feliz ahí. Lo mucho que me frustré. Poner la membrana y hacer el piso de la isla. Putear a los vecinos de arriba y acordarme que mi ventana da al patio del vecino cuando estaba pasando medio en bolas frente a ella. Las cucharachas. Las manchas de humedad. Mi convivencia. Mi separación. Mi soledad. Mis tristezas y mis alegrías. Mis dos años de vivir ahí, de acostumbrarme, de hacerme parte del lugar, de pertenecer al barrio. Cuando me calmé, cuando pude controlar un poco mi llanto, recién ahí les pude contestar: "Me tengo que mudar". Eso les dije. Y lo repetí. Me lo repetí. "Me tengo que mudar". Y empecé a llorar de nuevo.

Para comerme mejor

Hoy es lunes y huelo a vainillita.

Tu turno

Tachame la doble.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Love me two times

Tenía 16 y era verano. Fue uno de los veranos en los que trabajé en la colonia. Ese día tenía puesto un shortcito de jean, una camisa a cuadritos celeste y blanca, abajo la malla colorada. Zapatillas topper. El pelo por los hombros, controladito y rubio, y una vincha verde. En la muñeca, tenía un asterisco dibujado con indeleble. Cuando despedí a las criaturitas infernales, me subí a la bicicleta playera roja y pasé por su casa. Nos sentamos en la vereda y comimos helado. Él me cantó este tema. Era la primera vez que me dedicaban un tema. Yo me enamoré.

Después, obviamente me rompió el corazón.

¡Repe!


Ya lo recomendé a Alberto Montt y sus dosis diarias. Pero me gusta tanto que va de vuelta:

Sos minita I

Te das cuenta que tenés que alejarte. En cambio, avanzás. No te preocupes, todas hacemos lo mismo.

Increíble

Que todavía tenga la capacidad de hablar de manera coherente habiendo trabajado dieciséis horas el miércoles y quince el jueves. Eso sin contar que, siendo la una en point, no he masticado nada desde las siete de la tarde.

jueves, 10 de diciembre de 2009

¡Bailen putos!

Ahuyentamos a los fantasmas del pasado llamando a los especialistas.


-Who you gonna call?
-Ghostbusters!

Señor, la pulserita me vino fallada

Sigo moviendo insistentemente mi muñeca, haciendo sonar los cascabeles, esperando que aparezca un angel.

A mi me venden cualquier cosa che.

Es sabido

La recaída forma parte de la rehabilitación.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Antes corría III

Y ella, la muy boluda, que estaba tranquila, caminando, dando un pasito a la vez, se aburrió y se echó un pique. Terminó con un golpazo en la rodilla.

Vos fijate qué mal la paso

Hoy mi trabajo es tirarme en el sillón con un libro y levantar la mirada cada diez minutos para chequear que la computadora siga capturando material. Cada media hora pararme a cambiar de tape, volver a tirarme en el sillón con un libro y levantar la mirada etcétera etcétera.

Zafamos

¡Qué buena estaba la entraña, my goodness!

Sonamos

No me digas que no

La mayoría de las minitas que salimos alguna vez con un chico malo, le dedicamos este tema y tuvimos la secreta esperanza de que con paciencia, esmero y amor, el susodicho cambiaría por nosotras. Es sólo una cuestión de tiempo darse cuenta que ná que ver.

martes, 8 de diciembre de 2009

Tener hambre y comer poco

Me pasa cuando estoy en crisis amorosa, cuando tengo miedo a enamorarme, cuando me tengo que desenamorar, cuando me dejan o tengo que dejar.

Y es por eso que dejé de creer en el amor.

"Hoy me parece que sale una manuela"

Dijo sin sonrojarse quien yo creía la mas santurrona del grupete.

*

No sólo a mi se me enfría el café. La ventaja es que a mi me gusta frío.

¿A mamá mona?

A mi no me jodan: entre ustedes pasa algo. Me lo dice mi afilado ojo de eterna segundona.

lunes, 7 de diciembre de 2009

¡Qué bien me vendí!

Estreno trabajo temporal.
Lindo, divertido, con gente copada.

Enfrentando el miedo

Bajo del colectivo y estoy parada en medio de un barrio que no conozco. Es de noche, mas o menos las once de la noche, casi no hay luces, no se escuchan ruidos, no hay avenidas, no sé para qué lado tengo que caminar. Arranco. Sigo mis instintos y doblo a la derecha. Lo único que sé es que estoy mas o menos cerca. Camino una cuadra. Supongo que la de la esquina tiene que ser la calle que busco, pero me equivoco. "Mierda", pienso. Estoy perdida en este barrio medio fantasma, son las once de la noche y tengo el celular casi sin batería. Una casa tiene una tortuguita prendida. Me paro bajo ella y saco la guía T. La guía T que utilizo yo es de 1995, y por lo tanto no es del todo confiable. Busco. Encuentro el lugar exacto donde estoy parada. Me fijo para qué lado tengo que ir. "Bien, para donde sube. Estaba caminando bien, entonces". Y camino dos cuadras. A las dos cuadras, sigo perdida. Miro la altura. Recapacito. Reflexiono. Pienso. "Qué boluda, tenía que ir para el otro lado". Me doy vuelta. Camino. Una, dos, tres cuadras. A lo lejos, un grupo de personas. Pienso para dónde correr en caso de necesitarlo. "Me van a violar, me van a matar y me van a dejar tirada en este barrio fantasma". Tomo aire. Aflojo el cuello. Camino. Los miro, los estudio. Son todos masculinos. Toman sustancia desconocida en una botella de gaseosa cortada por la mitad. Los tengo cerca. Me miran. Los miro. Me miran. Trato de no temblar, de parecer segura. Uno me mira mas que los otros, que se pasan la botella cortada. Lo miro. Le sostengo la mirada. Lo miro a los ojos, y abro la bocota: "Amigo, Bermudez es por acá, ¿no?". "Sí, amiga, la de la esquina". "Gracias". "De nada". "Suerte". "Igualmente". Y me voy.

Me acordé

En la cola del banco, mientras buscaba el documento en el bolso, me acordé: lo soñé. Era un sueño demasiado real: soñaba que estaba durmiendo con quien, en efecto, estaba durmiendo. Sonaba el despertador que, en efecto, iba a sonar en algún momento. Lo despertaba, en el sueño, cosa que también sucedió en la realidad. Cuando lo despertaba, le decía "mi amor". En el sueño. En la realidad, le dije "son las ocho". No soy, lo que se dice, una derrochadora de cariño.

Y lo bien que hago.

Bird watching bancario

1. Una señorita petisa y rolliza. Tiene el pelo pintado de un rubio platinado que encandila. Cejas teñidas al tono. Raíces crecidas (en cabeza y cejas). Corpiño negro. Remera elastizada, blanca. Minishort de jean. Corona con: medias de nylon color *carne*, y zapatillas tenis gigantes.

2. Señora en edad de incipiente menopausia. Viste babuchas, remera deportiva, *zapatillitas de lona*. Auriculares. Grita como una desquiciada por algo que desconozco.

3. Par madre/hija. Madre joven. Niña de ocho. La madre sostiene a la criatura a upa. Se colocan al costado de la cola larguísima. Las dejan pasar. ¿No existe una edad límite para este comportamiento? ¿Tenerla a upa es suficiente como para considerar que tiene que pasar antes que todos?

No lo soñé (o sí)

Hay dos posibilidades:

1) Le dije a alguien "mi amor" y me contestó "no me digas ´mi amor´".

o

2) Soñé que le decía a alguien "mi amor" y me contestaba "no me digas ´mi amor´".


Posta, no me acuerdo si lo soñé o me pasó en la realidad.
Y no es la primera vez que me sucede algo asi.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Oh my love

Mientras sonaba el tema, yo estaba acostada boca abajo. Él hacía dibujitos en mi espalda con sus dedos.

Me cae demasiado bien





Declaración de principios

Si para madurar tengo que dejar de mirar dibujitos, paso.

Sábado

Hoy es lluvia, dormir hasta el mediodía, piyama, sillón, listas de diseñadores, canciones, películas, mate, dolor de ovarios, cigarrillos fiados porque el kiosquero es copado, silencio, radio, el jazmín enfermo recuperándose de a poco a fuerza de charlas del tipo "dale, curate que sos lindo y tenés rico perfume y me costó mucho que crecieras y no es justo que ahora que estabas a punto de florecer te enfermaras de esta manera, dale, dale, dale", llorar del dolor, goteras, frascos para las goteras, las ganas de ordenar el escritorio, el no saber por dónde empezar, John Waters, un reloj que no funciona, el celular que no suena, actuaciones frente al espejo del baño, olor a jabón de glicerina, unas margaritas marchitas en el living, y cuatro torres de cds y dvds que prometí acomodar hace dos meses y me miran, enojados, los muy guachitos, porque saben que aunque me senté acá para ordenarlos, seguirán ahí, todos mezclados, en una gran orgía cinematográfica, Tarkovksy con Herzog, PT Anderson con Wes Anderson, Coppola con Lynch etcétera.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Baratita

Un cuarto de cerezas.
El sonido lejano de la gente coreando "Highway to hell".

Y con eso nomás, hoy soy feliz.

¡Viernes!

Como si nada, me dijo

"Estuve pensando cortes de pelo para vos,
medio cualquiera ¿no?"


Y yo sonreí, como una boluda.

Antes corría II

Ahora, además, sabe cuándo callarse a tiempo. Dice lo justo y necesario, porque no quiere desperdiciar aire mientras camina. ¿En qué pensás? Nada. ¿Qué te pasa? Nada. ¿Qué sentís? Nada. No es mentirosa, sólo oculta cosas. Es que tiene miedo, dudas, incertidumbres. No sabe cuándo sí ni cuándo no. Hasta dónde. Con quién. Cuánto. Se detiene, mira el camino, y espera. Algo. Alguna cosa. Alguna señal. Alguna palabra de más. Ya no pregunta, no reprocha, ni se queja, ni pregunta. Espera. Escucha. Habla. Pero sólo un poco. Lo demás, lo piensa. Tal vez en en algún se anime a decirlo.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Consulta popular

L: ¿Estás?
M: Qué. Sí. Estoy. Qué.
L: ¡A me invitó a salir!
M: ¡Copado! A mi me dejaron plantada.
L: Tengo un problema.
M: What? Tell me.
L: Estoy indispuesta.
M: Uh.
L: Sí. ¿Le digo o no le digo?
M: No sé.
L: ¿Cómo no sabés?
M: No, posta. Siempre me pregunto si se avisa o no.
L: ¿Y qué hago?
M: No sé.
L: Consultale a alguien.
M: Lo pongo en el blog.
L: Una consulta popular.
M: Perfecto.

Mis queridos, ¿se avisa o no se avisa?
Ayúdemonos entre todos.
Chicas y chicos.

Ego

Qué bien huelo, que lo parió.

Antes corría

Ahora, camina. Da un paso a la vez. Tranquila. Despacio. Mira el horizonte, y no se desespera por alcanzarlo. Antes tenía impulsos. Hablaba de más. Se ofendía rápido. Corría y se tropezaba, se caía, se chocaba con piedras, con obstáculos, se golpeaba, lloraba. Ahora no. Camina. Da un paso. Evalúa posibilidades. Calcula. Elige el camino. Si se equivoca, da algunos pasos hacia atrás. Piensa. Reflexiona. Es medida. Selecciona palabras. Escribe. Lee. Borra. Empieza de nuevo. Tiene paciencia. Tiene miedo. Por momentos quiere correr. Pero sabe que no puede. Puede, en realidad, pero no debe. No así. No, teniendo en cuenta todas las veces que corrió y terminó sin aire, cansada, agotada y con el corazón roto en mil pedazos.

Y dice mi madre

"Pero si está esperando que él cambie pierde el tiempo. La gente no cambia. O la aceptás como es, o te tomás el buque".

El colmo

Me desperté a la madrugada y pensé: "Mañana en la oficina me clavo un par de medialunas". Después me volví a dormir.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

¡Cómo me gustan los Muppets, por Dior!





Estoy TAN enojada

De qué carajo sirve alejarse del pueblo chico, si el infierno va a seguir siendo inmensamente grande.

SPM

Estuve toda la mañana posteando cosas y borrándolas cinco minutos mas tarde.

Desayuno en la cama

Le dije a una amiga, con tono triste y casi al borde de las lágrimas: "Necesito que alguien me lleve el desayuno a la cama. Alguien que no sea mi madre".

Y la santa me invitó a dormir a su casa, y el domingo a la mañana me trajo el desayuno en una bandeja. Llovía.

¿Te acordás?

Eran noches de verano en tu terraza. En esa terraza que ya estaba pintada de naranja. Me acuerdo el día que empezaste a pintarla. Yo me senté en el colchón y te hablé de Eurípides, te hablé de Las Bacantes. Vos me escuchaste, atento, mientras pasabas el rodillo y camuflabas las paredes llenas de humedad. Nunca quisiste tener plantas en tu terraza, y eso siempre me dio muchísima pena. Esa noche de verano fuiste al club armenio que quedaba cerca de tu casa, y yo fui al super a comprar cerveza. Nos encontramos en la puerta y volvimos a entrar. Trajiste humus, niños envueltos, y otras cosas que yo llamaba "la carne cruda", "eso con hojaldre", "el que tiene berenjenas". Prendiste velas. Me diste cerveza. Comí niños envueltos. "Pensé que iba a ser mas rico" me dijiste, y yo te respondí con una mueca, porque no sabía qué decirte. Al rato no comimos mas. Fumamos. Yo estaba de buen humor. Te hice performances de los mas extrañas, actué de varias personas a la vez. Hice las voces, me moví como ellos, jugué a que no era yo. Y vos te reías. Te doblabas de la risa. Me enseñaste a hablar en cordobés, a mi no me salió. Te saqué algunas fotos. A veces las miro. Seguí actuando. Inventando historias. Fabricando las teorías mas extravagantes sobre la vida y la muerte de las estrellas. Eso sí me da miedo: no creerme capaz de volver a hacer esas cosas frente a cualquier otro. Ahora siempre cuidadita, siempre con cautela, siempre dando de a un pasito, jamás actuando ni bailando delante de nadie. De vez en cuando te mostraba el vaso. Siempre me daba bronca que no leyeras que si te mostraba el vaso era porque quería algo para tomar. Y siempre te daba bronca que te mostrara el vaso y no te dijera que quería algo para tomar. Pocas veces hablamos el mismo idioma. Seguí. Te conté un chiste. Yo soy mala contando chistes, pero le pongo onda igual. Me hago la simpática. Y tan mala soy que me olvidé del final. El remate. Sin remate no hay chiste. Los puntos suspensivos nunca funcionan en el chiste. Me dijiste "sos una boluda". Me lo dijiste seco, como si me hubieras lanzado una piedra. Me levanté para ir al baño. Cuando volví me dijiste "vení, Diego Armando". Yo te devolví con una media sonrisa. Ya no estaba tan de buen humor. Es una falencia mia: un detalle mínimo puede arruinarme una noche. "No me digas gorda". "No te dije gorda, pero mirá las gambas que tenés". "¿Te acordás cuando recién me conociste? No podías creer que mi ex dijera que era gorda". Te reiste. "Estaba chamuyándote, boba". Te di el vaso de cerveza y te lancé un "servime" sin por favor ni gracias. Me quedé callada. Me tiré en el sillón. "No tenés sentido del humor" me dijiste, cuando en realidad yo necesitaba un beso que me hiciera olvidar que soy boluda, o que soy gorda o que tengo las piernas de Diego Armando. "El problema no es lo que me digas, el problema es el tono ese paternalista y pelotudo que usás cuando me decís ´boluda´". "No tenés sentido del humor". "Sentido del humor las pelotas". "No es culpa mia que tengas piernas gordas". "Bueno, ya está, cambiemos de tema" dije yo, que imaginaba que el vasito que tenía en la mano te hubiera quedado muy lindo de sombrero. "Siempre te las ingeniás para arruinar todo". Y yo te miré, te estudié, leí entre líneas, quise leer cosas lindas entre líneas, pero no había nada. Ya tenías esa cara que ponés cuando te enojás, cuando las cosas no son como querés, cuando alguien no te da la razón. Te ponés nervioso, te movés mas que de costumbre, te servís cerveza con mucha espuma porque no tenés control sobre tu cuerpo, caminás de un lado para el otro, dando pasos firmes y amagando con romper algo. "Vení que te doy un beso" te dije, tranquila. "No, ahora no tengo ganas". "Andá a cagar, pelotudo de mierda. Te estoy diciendo que te doy un beso, que pasemos a otro tema, y me decís eso. ´Ahora no tengo ganas´ ésta". "Encima sos una ordinaria. Siempre diciendo guarangadas". "¿Y vos? Qué te hacés el fino, bien que cuando te digo que me metas la pija bien adentro no me decís ordinaria. Bien que me pedís que te haga un pete. Y usás la palabra ´pete´ boludo, qué te la das de fino. De dónde te creés que venís, pelotudo de mierda".

Te fuiste. Te metiste en la casa. Te tiraste en el colchón. Prendiste el ventilador. Pusiste un disco de Radiohead. Apagaste la luz. Yo soplé las velas. Se me cayeron algunas lágrimas. Pensé que me había ido al carajo. Pensé que te trataba mal. Pensé que te perdía. Pensé en que esa es otra falencia mia: trato mal a la gente que quiero, les hago chistes de pésimo gusto, comentarios hirientes. Mi manera de demostrar cariño es por demás extraña. Dudá, si yo te hago un chiste sobre tu edad, o sobre alguna característica física tuya, puede que sienta cierto cariño por vos. Me acosté al lado tuyo. Te abracé. Me corriste. Volví a abrazarte. Te di un beso. Te di otro. Te susurré al oído que me perdonaras, que no lo había hecho a propósito. Me dijiste que estabas cansado de que te tratara mal. Volví a pedirte perdón, volví a besarte. Te diste vuelta, y me abrazaste. Todavía espero que vos también me pidas perdón.

Hoy empecé a ver Extras

Habilitame una granada

En el departamento de al lado cantan una y otra vez el "Feliz en tu día", versión original. O sea: escucho gente grande cantando a los gritos "amiguito que dios te bendiga, que reine la paz en tu día". Bis. "Amiguito que dios te bendiga, que reine la paz en tu día". Bis.

O los mato, o me mato.

martes, 1 de diciembre de 2009

Y después pensé

"Qué pena que haya gente,
sino te arrancaba la camisa con los dientes"

Lo vi y pensé

"¡Ah, pero qué cogible estás hoy!"

Autoestima y el barril sin fondo

Lo malo de estar con el autoestima por las nubes y pensar que todo me queda lindo o que soy hermosa etcétera es que no paro de comer en todo el día porque me veo bien. Tengo en el cuerpo una reserva energética que puede mantenerme vivita y culeando hasta el 2050.

"This is Spinal Tap"

Un mockumentary dirigido por Rob Reiner.

Conseguila y mirala. Urgente.

Yo creo que Peter Capusotto y Pedro Saborido se la deben saber de memoria.

Autoestima y fin de mes

Lo bueno de estar con el autoestima por las nubes y pensar que todo me queda lindo o que soy hermosa etcétera, es que justo está coincidiendo con fin de mes, y eso me imposibilita de realizar gastos innecesarios como la compra de dos vestidos mas, o de dos zapatillas del mismo modelo pero diferente color etcétera. Pero soy suertuda: tengo jefas que se van de vacaciones y vuelven con regalitos para mi. Decime si la remerita rayada no es una belleza.


Estoy medio vestida de niña bian, ¿no?.