lunes, 31 de octubre de 2011

Tengo una musculosa recontra cache con la cara de Kate Moss, enorme, en la parte delantera.
No sé en qué carajo estaba pensando el día que me la compré.

miércoles, 26 de octubre de 2011

El balance del viaje a días de volverme

-Volví a fumar.
-Engordé.

Negativísimo.
Un día capaz que empezás a sentir que no podés contar siempre con alguien.
Que nadie es incondicional.
Y te entristecés un pedazo ASI de grande.

lunes, 24 de octubre de 2011

Con una mano en el corazón

¿Han stalkeado a las/os ex de sus actuales?
¿Mucho, poquito, nada?
¿No y nada serían la respuestas ideales?
¿Sólo lo hacemos las mujeres o es algo del género humano todo?
¿Todas pensamos que la conchudísima de la ex es un millón de veces más linda, inteligente, copada, graciosa, divertida, ocurrente, etcétera, etcétera, etcétera que una?

jueves, 13 de octubre de 2011

De: Maru
Para: Juan
Asunto: Ya no estoy más en el barquito

Ah.
Pará.
Me olvidé de contarte: me crucé con Ruben Rada.

***

De: Juan
Para: Maru
Asunto: Re: Ya no estoy más en el barquito

¿Dónde? Es como viajar a Chile y ver a Isabel Allende o a Cuba y cruzarse con Fidel.

Una de las cosas que más me gusta de Montevideo es su entrada: veredas anchas como calles.

lunes, 10 de octubre de 2011

Solo se aceptarán ingredientes caros

En mi cuaderno de recetas voy a armar un apartado titulado: "Recetas para principio de mes".
Se me ocurrió recién y me parece una idea increíble.

Con qué poco me conformo, qué boludita.

Instantáneas del pensamiento de feriado

Cuánto que duermen los gatitos, che.
Estoy con dos desde la mañana y lo único que hicieron fue dormir.

Estoy de feriado desde la semana pasada

Sé que es lunes y es feriado pero podría ser martes y no serlo. Estoy en feriado desde la semana pasada, aunque no recuerdo si mi último día laboral fue lunes o martes. Creo que fue el lunes, después hay una nebulosa de acciones e inacciones que saltan temporalmente al día de hoy: el cumpleaños de Juan, la lectura, la costura y las películas. En el medio de todas esas cosas, una propuesta que no me esperaba: "Te animás a venir a editar a Montevideo?"

Dije que sí, inconciente, justo yo, que soy pura conciencia y planificación. Me voy el miércoles, vuelvo el 31. Voy a trabajar cerca de la playa y planeo tomarme varios recreos por día para tirarme a mirar el agua mientras tomo mate y me contagio de eso un poco depresivo que tiene la ciudad. Hace algunos días una conocida puso en twitter que tenía ganas de visitar esas ciudades que son medio fabriles y ... (dijo algunas cosas más pero no las recuerdo y no quiero hacer como que la cito y mentir tan descaradamente). Me quedé pensando en eso que dijo, a mi también me gustan las ciudades que están como abandonadas aunque estén llenas de gente. Creo que la palabra "abandono" no es la correcta. Podría ser melancólica o nostálgica. No me sale describir lo que me pasa con Montevideo, es alegría con lágrimas, o media sonrisas o tranquilidad y termos todo el día. Mi ultimate plan es imponer en Buenos Aires la posesión de termo indiscriminada: termos para todos, mate todo el día.

Cuestión que me voy y estoy bastante arrepentida de mi decisión aunque por momentos esté contenta y ansiosa. Le escribí a una ¿amiga? ¿conocida? (no sé el término exacto que representa nuestro vínculo pero voy a trabajar para que algún día sea "amiga") contándole que no podía verla como habíamos quedado (digamos que si voy en el camino de la amistad, con el plantón debo haber retrocedido algunos casilleros) y le conté, además, que estaba nerviosa y llena de miedos por el viaje. Me contestó que primero pensó en hablarme de la aventura y de lo divertido que puede ser, de las oportunidades y de blablabla pero que se identifica mucho más con el cagazo y la desazón del viajar sola. Qué alegría inmensa me produjo esa respuesta. Ya me estaba cansando de no poder quejarme en paz del viaje porque se supone que viajar por trabajo es casi una bendición.

Yo tengo miedo. Y tengo dudas. Y por momentos pienso que no debería viajar un carajo porque aunque sean tres semanas, son tres semanas. Tres semanas, dependiendo del lugar desde donde lo veas, es un montón o es poquísimo. A mi, ahora, me parece un montón. Y yo, en este momento, no tengo nada de ganas de viajar. Capaz mañana se me pasa.

O espero que se me pase.

De lo contrario van a ser las peores tres semanas de mi vida.

domingo, 9 de octubre de 2011

Cuando se está sin trabajo

-Se lee mucho.
-Se miran muchas películas.
-Se tiene la casa siempre ordenada.
-Se cocina.
-Se cose.
-Se descose porque salió mal.
-Se vuelve a coser.
-Se admira aunque de nuevo haya quedado mal.







sábado, 8 de octubre de 2011

Mentiría si dijera que hace 16 días que no fumo

(un día fumé dos cigarrillos y me bajó toda la presión. Toda)

-¿El fin de semana cómo lo pasaste? ¿Aguantaste sin fumar?
-Sí, ¿por?
-Los fines de semana son la parte más difícil, porque salís, te juntás con gente, todos fuman...
-Ah, no, pero yo no me junto con gente. Y tampoco salgo demasiado.

Sueños inmobiliarios

-Una casa en los suburbios.
-Una casa en una calle con empedrado.
-Una casa en una calle sin salida.
-Una casa con jardín y un millón de plantas que cuidar.
-Una casa.

jueves, 6 de octubre de 2011

Seres de luz


Objetivamente, yo era linda.

Objetivamente significa: tenía una altura normal, un peso que no era ni mosca ni ballena, buen pelo, lacio, largo, rubio, sin teñir. Tenía medidas importantes pero armoniosas. Pero tenía: mala onda, mal humor crónico, un cansancio que no se iba con nada, timidez y un sentido del humor que me causaba gracia solamente a mi.

Algunas veces dijeron de mi justamente eso: que estaba buena pero siempre decía que estaba cansada. Que estaba buena pero siempre de mal humor. Que estaba buena pero era demasiado tímida. Demasiado callada. Demasiado oscura. Una vez, incluso, un profesor me dijo, delante de toda la clase: “Vos por ejemplo, sos linda, pero siempre estás sentada en posición de indio y con la espalda encorvada, se nota que tu autoestima está por el piso”. Fue uno de los momentos más vergonzosos de mi carrera universitaria.

Yo sabía que, objetivamente, era linda. El problema era que yo ni me creía linda, ni me veía linda, y hacía todo lo que estaba a mi alcance para que nadie pudiera verme linda.

Siempre pensé que el problema era de actitud. Yo tenía todo para ser linda pero me esforzaba en afearme. Hace poco me pasaron un estudio de Dove en el que se habla de la luz propia. Que la belleza es tener luz propia. Y que la luz propia no es andar con un reflector en la cabeza sino tener, además de actitud, ganas, voluntad, alegría. Es tener chispa y ser ocurrente, no tener miedo al qué dirán, no callarse para evitar el ridículo. Es tener energía. Contagiar la energía a los demás. Ser independiente. Sentirse bien para que te vean bien. Es irradiar luz. Ser luminosa.


Yo estoy aprendiendo. Ya no tengo tanto mal humor (o al menos puedo controlarlo para no joderle la vida a los demás) y las horas que duermo me alcanzan para decir que “estoy bien” en lugar de “estoy cansada”. Me acostumbré a sentarme derecha y a hablar en voz alta y decir lo que quiera decir sin que me importe demasiado si al otro le parece una estupidez. Y todo esto, aunque parezca un discurso motivacional, me ayudó, principalmente, a quererme mucho más. Y a darme cuenta que todo, absolutamente todo, parte de quererme a mi.

martes, 4 de octubre de 2011

Reconozco que está mal pero no puedo evitarlo

A veces me pone de pésimo humor que las cosas no se hagan como yo quiero que se hagan o como yo las haría o como a mi me parece que deben hacerse.

Era obvio que iba a pasar

Anoche
-¿A qué hora te levantás?
-A las siete.
-Bueno, me levanto y te hago el desayuno y sigo durmiendo.

Hoy a la mañana
-No te voy a hacer el desayuno, mejor me quedo durmiendo.

Un sueño horrible

Soñé que Juan me decía que tomaba merca. No que había probado o que ocasionalmente había consumido sino que lo hacía regularmente, que no podía controlarlo. Y yo, además de preguntarme cómo carajo no me había dado cuenta, de tanto tanto que me angustiaba volvía a fumar.

Hacía mucho que no soñaba algo tan feo.