lunes, 15 de diciembre de 2008

Ultimamente estoy demasiado enamoradita. Un poco insoportable.

La noche

Tuviste una pesadilla. Te movías muy fuerte y sacudías los brazos. No decías nada, pero hacías gemidos que indicaban que no la estabas pasando para nada de nada bien. Yo te sacudí un poquito pero ni te despertaste. Estabas transpirado y pegoteado. Aun así, te abracé y te hice mimos en la cabeza hasta que te quedaste dormido de nuevo.

Al rato pasó al revés. Yo estaba dormida y me desperté sobresaltada por un sueño feo. Aunque, a decir verdad, no tengo idea qué había soñado. Algo relacionado con esa película de mierda que vimos antes de dormir. Me hice la tonta y te sacudí hasta que te despertaste y me preguntaste qué me pasaba. "Tengo miedo". "Vení que te cuido". Me abrazaste y nos dormimos todos pegoteados, todos apretados.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La mañana

Y a la mañana, miré un ratito por el ventanal del cuarto, como hipnotizada, queriendo quedarme ahí, inmóvil, en esa comodidad, en ese lugarcito lindo, en esa luz, en esa felicidad. Me recordó a los sábados en la casa de mi infancia. La primera, no el departamento. Los sábados limpiábamos. Barrer, pasar el trapo, pasar la cera, enceradora. Limpieza de muebles, limpieza de cocina, de baño, de lavadero. Y después el exterior.

Al final, todo el exterior, todas esas baldosas rotas, desprolijas y mal colocadas, quedaban húmedas algunas horas. El sol les pegaba despacito y en los charquitos de agua se formaban unos destellos que te dejaban medio tarambana. Ese clima, ese aroma a tierra y baldosa mojada, ese solcito mañanero, ese vientito, calorcito. Todo eso se reprodujo hoy en el ventanal de mi cuarto. Y yo sentí, por un ratito, que era esa nena, mirando esos destellos, sintiendo ese calorcito, que estaba en la otra casa, que estaban mi mamá, mi papá, mi hermano y mi hermana. Y que corría por el jardín del costado y me escondía entre las plantas, que me hamacaba en el ciruelo y apostaba quién se comía una manzana ácida. Que corría porque tenía miedo a los sapos y lloraba porque no le gustaba la oscuridad.

Al ratito, me interrumpieron con el café con leche. Estaba riquísimo.
En dos semanas me voy de vacaciones.

Ya estoy teniendo pesadillas por el viaje en micro.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Y dale con los sueños

Hace un par de noches soñé que estaba por salir y me miraba en el espejo y tenía un bigote frondoso, oscuro. Lo tocaba y no podía creer que hubiera crecido tanto y yo nunca lo hubiera notado.

Peor anoche. Lo que me pasó fue como medio sobrenatural, tétrico y hasta un poco morboso. No me acuerdo qué carajo era lo que soñaba. Pero sí, que tipo cuatro de la mañana, cuando llegó el señor que vive conmigo le pregunté "¿Llegaron?". Yo no sé a cuánta gente esperaba ni qué tenía que ver, pero esa pelotudez le pregunté. Y después, se sentó al lado mio y yo no entendía. No entendía bien quién era, le preguntaba donde estaba la mami. Después le pregunté por mi hermana. Pero no como inquietudes sin sentido. Yo le preguntaba porque suponía que mi hermana era la pareja de mi novio, que a la vez eran mi padre y mi madre. ¡Y estaba despierta! Después me enojé por no sé qué estupidez, y me volví a dormir.

Estos últimos días fueron demasiados complicados. Y creo que estoy asquerosamente confundida con todo y todos.