viernes, 31 de diciembre de 2010

A pesar del mal humor viene el brindis

En el brindis de fin de año o de comienzo de año me ganan el egoísmo y el pensamiento mágico. Pienso que si tomo un trago pensando que el año que viene va a ser mejor que éste, el año que viene, efectivamente, va a ser mejor. Este pensamiento mágico de tomar un trago, pedir un deseo y tener la seguridad de que va a cumplirse sólo tiene validez en el ámbito personal. Por eso yo no pido que haya trabajo para todos, ni paz mundial, ni alimentos lloviendo del cielo. Me parece una pelotudez suprema, pensar que porque tomás un trago y pedís un deseo universal, el deseo vaya a cumplirse.

Gracias por este año de compañía virtual, no quiero ponerme maricona, pero saberlos del otro lado me hace sonreir siempre. Gracias por haberme votado en cuanta estupidez se me ocurrió participar y gracias por haber hecho que ganara el premio de los lectores de Obglogo (tengo que contarles del día que fui a recibirlo, me bloqueé y me dieron el micrófono y fue un papelón). Gracias por entender que todo lo que pasa acá es de mentirita, es un chiste. Gracias a las minitas por no tener miedo en decir también soy minita y a los tipitos que vienen acá y comentan sin miedo a las minitas. Gracias por estar ahí, es por ustedes que yo sigo acá (ahí está, ya me puse todamaricona y se me llenaron los ojos de lágrimas). Hoy a las doce de la noche voy a llorar como todos los años, voy a brindar con mi hermana mirando algún cielo repleto de fuegos artificiales, voy a pensar que este año que termina fue increíble, y voy a repetir el deseo del año pasado:

Por un 2011 con el doble de risas,
¡salú!


Mas vale tarde que nunca

Siendo 31 de diciembre de 2010 me acaba de agarrar el peor ataque de mal humor de todo el año. Qué bueno, pensé que este año iba a ser la excepción y me asustaba lo que pudiera venir después (después de la falta de mal humor seguro que viene el optimismo).

miércoles, 29 de diciembre de 2010

En el 168

Zapatos amarillos.
Calzas amarillas.
Musculosa/vestido ajustadito, amarillo.
Pelo amarillo.

Increíble.

¿No sabés que el amarillo es mufa, querida?

¿Balance? No, gracias, me da fiaca

Mi balance de este año, sin entrar en demasiados detalles, cierra con demasiado saldo a favor. Ni ganas de ponerme a enumerar todo lo lindo que me pasó este año, y muchas menos ganas de ponerme a detallar todas las malas que me pasaron.

Rescato una y una:
the good one: dejé el taller de escritura
the bad one: dejé el taller de escritura

Obvio que después no cumplo nada

Se acerca el 2011 y ya ando haciendo planes como empezar deporte, usar mas la bici, organizarme mejor con la facultad, tener un mínimo de constancia.

martes, 28 de diciembre de 2010

No puedo entender a las personas que le regalan ropa a los niños. ¡Ropa! ¡El regalo mas aburrido del planeta! ¿Nunca fueron niños ustedes? ¿Nunca sintieron esa decepción grandísima que se siente al abrir un paquete y ver una remera? Es un bajón chicos. A los niños, juguetes, libros, juegos de mesa, música, películas, o mil opciones mas. Pero ropa, NO.

Conurbano potencia

Mamá dice de la gente adinerada: "Esa familia no cuenta la plata, la pesa".

Sed de triunfo

El entrenamiento de ping pong viene enfurecido.
Ya entendí.
Ayer metí unos golpes violentísimos.
Mi partenaire me felicitó.

(ojota con el optimismo de la etiqueta que le puse al post)

Tampoco es TAN así

En el tren perfecto las cosas son diferentes. En el tren perfecto no hace calor, las señoritas usan zapatos y los señores saco y corbata. Olores a perfumes, uno por persona, ninguno repetido. En el tren perfecto los imperfectos viajan en el furgón. Los muchachos mas jóvenes visten camisas polo y unos rulos medio despeinados. En el tren perfecto las señoras paquetérrimas no abrazan su cartera. En el tren perfecto no hay olor a chivo salvo en contadas ocasiones. Nadie escupe por la ventanilla. Nadie viaja con medio cuerpo fuera del vagón. Nadie grita. No hay vendedores ambulantes: hay un dúo que hace "hipfolk" (fusión hip hop y, bueno, folklore), un trío que sólo hace folklore. En el tren perfecto sale mucho el gaucho Cardón, que toma mate cebado por su peón. En el tren perfecto no hay niños llorando, no hay viejos locos, no hay olor a mandarina. En el tren perfecto las vidas perfectas de los perfectos pasajeros es abrumadora. Los perfectos pasajeros son como imanes que se atraen unos a otros y se largan chorizos llenos de anécdotas perfectas de hijos profesionales, mudanzas a espacios mas grandes, esposas cocineras, esposos amorosos, viajes al exterior, al interior, mucamas ladronas, "lachica" nueva. Una competencia en la que se gana con perfección. Con una perfección interminable, una perfección que supera toda medida de perfección humana, una perfección sublime, infinita, incalculable. Una perfección tan falsa como la misma perfección.

lunes, 27 de diciembre de 2010

A las tres de la mañana la Navidad ya fue

Hasta las tres de la mañana soy la enamorada de la Navidad. Después dejame de joder. Ya se comió el asado, se bebió lo suficiente. A las tres de la mañana ya empiezan a quedar los turrones mas feos, o los que se pusieron demasiado blandos de tanto estar al calor. Ya casi no hay garrapiñada y el pan dulce que está sobre la mesa tiene frutas abrillantadas. ¡Frutas abrillantadas! ¡Pero por favor! El día que comés una fruta abrillantada envejecés de golpe quince años. Te lo juro. A las tres de la mañana el champagne está medio tibiazón, lo único frío es una sidra (y todo muy lindo, pero vamos, no nos engañemos: la sidra tiene sabor a jugo de manzanas podridas). A las tres de la mañana los potes con hielo sobre la mesa transpiran y adentro hay un agua helada que es, por supuesto, intomable. Los regalitos ya se repartieron, los niños ya rompieron los juguetes mas sensibles, los bebés ya están por dormirse. Los perros siguen con miedo, apichonados sobre las piernas de alguien que tiene que acariciarlo sin parar. Pobrecitos. El que estaba alegremente borracho ya es un borracho desagradable y las cañitas voladoras empiezan a bajar en intensidad, color y alegría para convertirse en tristes silbidos y una explosiones finales que ni asustan ni divierten. En realidad: a las tres de la mañana ya no hay fuegos artificiales de los buenos: quedan esas tristes cañitas, y las bombas de estruendo de los adultos que se creen criaturas, y algunos globos de esos que se iluminan, aunque la mayoría vaya volando por los aires prendido fuego porque esos globos nunca funcionan bien. A las tres de la mañana cada uno debería agarrar el regalito que le ha tocado en suerte, debería saludar con un beso y un "felicidades" o un "todo muy rico" y tomarse el buque. A las tres de la mañana la Navidad ya fue.

Lo vamos viendo, pero por ahora, lunes, diez cuarenta y cinco de la mañana, las cosas están así: trabajar APESTA.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Me olvidaba

Juego al ping pong.
Me sale cada vez mejor.
Y me divierte demasiado.

Nunca pensé que el ping pong fuera tan genial.
También toco el piano.
Sólo con la mano derecha.
Diez años de estudio.
Siete de abstinencia.
La izquierda te la debo.

Supongo que algo así es la felicidad

Hay florcitas silvestres, una pileta sin productos químicos, dos pianos, una huerta orgánica, conservas caseras, una terraza que da al río y un bombo.

Estoy hace varios días tocando el bombo como si fuera un gaucho. Toco y no me sale y me rio y vuelvo a tocar y sigue sin salirme. Y vuelvo a reirme.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Las nenas con las nenas

Hoy fui a varias jugueterías. Ser tía tiene ese privilegio: poder entrar a una juguetería, tocar todo, no llevar nada. Ir a otra, tocar todo, no llevar nada. Las jugueterías en vísperas de la llegada de Papá Noel son el infierno (mejor dicho: cualquier centro comercial en vísperas de Navidad son el mas caluroso y recalcitrante infierno). Hay decenas de adolescentes acosándote para ver si necesitás ayuda, están ahí por unos pesos y tienen que tolerar estar bajo el sol envolviendo regalos el día entero. Debe ser de lo menos estimulante que te pueda pasar en la vida, tanto como trabajar de mesera y tener que bancarte diez pajeros en pedo y no poder decir nada (nota mental: debería contar mi experiencia en trabajos horrorosos: yo le limpié la caca blanda a muchos niños, me metí en piletitas con forma de riñón recontra meadas por otros cuantos niños, banqué pajeros en un bar y profesores que me trataran como si fuera una lacra. Otro día, eso queda para otro día).

En las jugueterías, hay sector bebé, criaturita, criatura, criatura que no es mas criatura y adulto que se cree criatura. Pero mas importante que esa división etaria, hay una división siniestra y, a mi gusto, bastante pasada de moda: nenes y nenas.

En las estanterías "nena" hay: muñecas, juegos de cocina, muñecas, kits con objetos de limpieza, muñecas, pinturitas, muñecas. Se ven desde la entrada, uno puede perfectamente identificar dónde están los juguetes de nena, y dónde están los juguetes de nene. Los colores lo dicen todo. El lado juguetes de nena es rosas, fucsia, rosa, fucsia. El lado juguetes de nene, negro, verde, azul. Asi de tradicionales son las jugueterías, asi de demodé y antiguas. Las nenas, limpian. Los nenes, disparan. Las nenas, tienen bebotes de plástico. Los nenes, autitos. Las nenas, cocinan. Los nenes, usan herramientas. Las nenas, son señoritas. Los nenes, bien machitos.

Una porquería.

Cuánto odio y mal humor, esa gente que te dice "Vamos caminando, son seis cuadras" y cuando ya pasaron las seis cuadras: "¿No eran seis?".

"Je, te mentí. Son trece".

Mirá, hoy me fui de paseo y me puse a hablar de las guerreras del amor.

martes, 21 de diciembre de 2010

Sumemos

Florecillas que otorgan felicidad. Inmensa felicidad.
Deseo de festejo en forma enigmática. ¿Con quién festejo?
*Asteriscos* en el título de un post.
Guirnalda de luces con bolas chinas.

Resultado
El blog al que usted accedió,
hoy se ha convertido en el de una minita de lo mas *minita*.

Volveremos al pesimismo amoroso, a las quejas, a la soledad y a la autocompasión en breve.


Disculpe las molestias.

Las tengo porque me saqué NUEVE en el final

En mi casa hay un ramo de flores blancas chiquitas con el centro en violeta, como si fueran mini margaritas. No sé cómo se llaman, pero me hacen inmensamente feliz.
El falso revolucionario empecinado en atacar a las redes sociales, o los blogs, o la internet toda, me parece, lejos, una de las tribus urbanas mas pelotudas de los últimos tiempos.

Un festejo en forma de guacamole, cerveza y jamón crudo.
Festejemos todos los días.
Siempre.

De nuevo, me agarra la navidad en *veremos*

Yo quería que este año fuera la excepción: comprar los regalos en noviembre, armar el arbolito el ocho de diciembre, organizar en mi departamento la cena del treinta y uno. En cambio, mi casa sigue sucia, no tengo arbolito pero sí decenas de pajaritos origamis en colores bellísimos, no tengo regalos y de nuevo ("de nuevo" dignifica: como en el 2009, 2008, 2007, 2006) tengo que ir a comprar los regalos el 23 de diciembre o el 24 a la mañana. Y no llegué a comprarme el arbolito pero me estoy quedando sin plata, asi que será para el año que viene.

Tengo lucecitas, eso sí.

Una guirnalda de lucecitas blancas con mini bolas chinas que se prenden y se apagan. Se prenden y se apagan. Se prenden y se apagan. Y yo las miro una hora. Dos horas. O tres.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Seguro que se me va a trabar la lengua

Decidir como tema de final Escuela de Frankfurt y que eso implique la repetición constante de palabras como autenticidad, reproductibilidad e irrepetibilidad es, al menos, una de las decisiones mas estúpidas que vaya a tomar en la vida entera.

jueves, 16 de diciembre de 2010

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Llorá

Yo estaba tirada en la cama, con bombacha y corpiño, y vos te tiraste arriba mio y apenas lo hiciste se me llenaron los ojos de lágrimas. Me preguntaste qué me pasaba y no te respondí, no sé qué me pasaba. Me abrazaste fuerte y yo te mojé el cuello con mis lágrimas. Y me volviste a preguntar qué me pasaba y yo seguía sin saber qué me pasaba. Solamente sabía que no podía parar de llorar de ninguna manera. Sentí tu respiración en mi oído, y la escuché tan cerca mio que por unos minutos sentí que había vuelto a confiar, que había vuelto, que estaba ahí, con vos. Se me caían los mocos y respiraba entrecortado, sentía ardor en los ojos y el pelo, que se había pegado a mi cachete, estaba húmedo. Te quedaste ahí, abrazándome, y me dijiste lo que yo necesitaba escuchar. Me dijiste llorá, y yo te hice caso. Lo repetiste, yo seguí. Y mientras seguía llorando sin saber por qué, agradecí en silencio que me dijeras eso, te lo agradecí con un beso, y vos tal vez ni siquiera te diste cuenta de mi agradecimiento. Te agradecí no sólo por decirme eso, sino porque el que dice eso sabe que no es la causa del llanto, sabe que no tiene nada de culpa, sabe que es una catarsis que no tiene motivo específico, que es nada mas que llorar y desahogar. El que dice llorá está dispuesto a estar ahí. Está para abrazar. Está porque quiere estar. El que dice llorá sabe acompañar, sabe escuchar, sabe hablar y sabe hacer silencio. El que dice llorá entendió. Me entendió. Y eso es demasiado.

Y lloro con todo eh

Estoy nerviosa y sensible, y si me rozás me estremezco y enseguida me largo a llorar.

Qué intriga, la puta madre

Hoy a la mañana, en el colectivo, una señora tenía una musculosa muy grandota, no llevaba corpiño y la materia teta estuvo a punto de salir a tomar sol cada treinta segundos. Pero además, la señora se pasaba la mano por el chivo derecho, y luego se olía la mano, y después el chivo izquierdo, y de nuevo se olía, y de vuelta chivo derecho, olía, izquierdo, olía. Y así, todo el camino Almagro-Colegiales. Me pareció entre raro, asqueroso e intrigante. ¿Por qué se olían tanto y tantas veces y sin hacer pausas?

Imaginate que es lunes

Imaginate que es lunes y que odiás los lunes y sabés que todos los lunes pasa algo malo y si no pasa algo malo te inventás algo malo que pase porque es lunes y los lunes pasa algo malo. Imaginate que querías ir al trabajo en bicicleta pero cuando la inflás se te desinfla enterita y no sirve ni para perchero. Imaginate que el día en el trabajo es rutinario como siempre, o peor. Que el delivery del almuerzo te da opciones horribles y tenés que comerte un sandwich tibio de atún y a vos el atún tibio o caliente no te gusta. Imaginate que el colectivo apesta de olor a chivo, que vas parada, que te pesa el bolsón con los mil apuntes que tenés que leer y todavía ni siquiera pispeaste. Imaginate que igual le ponés garra, y llegás a tu casa, prendés la compu, te hacés un mate, y empezás. Y leés una cosa y la resumís, y los resúmenes en computadora te resultan raros porque nunca resumís en computadora: te gusta que la hoja sea cuadriculada y esté llena de flechitas y colores porque pensás que si el resumen es colorido, te va a entrar mas fácil en la cabeza. Imaginate que bueno, por esta vez, por este examen, por la cantidad de material que es y por todo el tiempo que perderías escribiendo a mano, los resumís en la computadora. Imaginate, entonces, que ya tenés la mitad de la materia resumida, imaginate que estás contenta, y que están ricos los mates, y que las cosas malas que pasaron el lunes no son tan malas como podrían haber sido. E imaginate, finalmente, que en esta pequeñísima explosión de alegría, en este extraño estado de optimismo, se te apaga la computadora.

Y que no vuelve a prender.

Y que no tenés back up de nada.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Ahí está, mirá, ya me salió la Doña Rosa

No hubiera querido decir nada por dos motivos: no quería hablar de Gran Hermano (aunque secretamente a veces lo ves un poco) y odio juzgar las decisiones ajenas porque, precisamente, son ajenas a mi, no son mias, no me corresponde decir nada de ellas.

Pero, una sola cosita, que me da vueltas por la cabeza: ¿qué es lo que lleva a un chico o chica de veinte o veintiuno o veintitrés o cuarenta a anotarse a Gran Hermano? ¿Nada en el mundo mas interesante que someterse a eso?

Finalista

La cosa es que quedé como una de las finalistas del concurso "El blog femenino del año" que organiza la revista Victoria Rolanda, junto a grossas y copadas como Elen y Pau.

Si te copa, podés pasar a votarme por acá, queda tiempo hasta la semana que viene.

¡Gracias!

sábado, 11 de diciembre de 2010

Recreo guachín

La verdad es que todo muy lindo, pero en la época de finales no todo puede ser Kant y Nietszche. Las amas de casa, además, tenemos que ordenar la casa, lavar la ropa, limpiar, hacer las compras y pagar las cuentas. Entre Platón y Heidegger, además de siglos de diferencia, en mi cronograma hay una anotación que dice "LAVAR LOS PLATOS", escrito con marcador rojo, mas grande que todo el resto. Y para esos recreos en los que soy ama de casa con batón y ruleros, la música también tiene que acompañar.


miércoles, 8 de diciembre de 2010

¡A armar el arbolito que ya llega Papá Noel!

Siendo ocho de diciembre de 2010, haciendo no tanto calor como ayer y seguramente tampoco como mañana. No habiendo estudiado un carajo y llegando tarde a algún lugar, queda aquí registrado que ésta fue la entrada número 1000 del blog También soy minita. Y ¡feliz día de la virgen para todas las minitas que leemos este blog!

Por suerte, hoy es mañana

No podés decirle a una persona ansiosa "tengo una sorpresa para vos, mañana te la doy" porque el ansioso se olvida de todo lo demás y lo único que quiere es que llegue mañana. No puede concentrarse en nada porque solamente piensa "sorpresa sorpresa sorpresa". El ansioso pide pistas y se muere por saber cuál es la sorpresa y todo lo demás pasa a un segundo, tercer o cuarto plano. Y piensa posibilidades y hace listas mentales de todo lo que podría sorprenderlo basándose en las pistas. Decile al ansioso cuál es la sorpresa o decile "sorpresa" al mismo tiempo que le das la sorpresa. No tortures a un ansioso, porque ante la incapacidad de saber cuál es la sorpresa, el ansioso enloquece.

Por suerte, hoy ya es mañana.

Feriado

Dexter
Nietzsche
Kant
Dexter
Hegel
Dexter
Origami
Dexter
Dexter
Heidegger
Origami
Origami
Nietzsche
Dexter
Adorno
Dexter
Dexter
Dexter

Así, nunca jamás voy a poder rendir bien mi final.

martes, 7 de diciembre de 2010

Ayer en la calle me crucé con dos chicas que llevaban puesta la misma musculosa rayada que yo, y en lugar de pensar "qué quemo, todas iguales, somos presas de la moda", pensé "pero qué bien que les queda, ¡yeguas!".

Mi todo - tu nada

Ya no te extraño mas. Me di cuenta que lo nuestro no era amor. Era otra cosa, y aunque no sé bien qué, ahora sé que eso no era amor. Me seguís buscando, y por cómo reacciono cuando me buscás es que sé que ya no te extraño. Ya no sé qué es de tu vida y no me importa. Y ya no sabés qué es de la mia y eso te saca. No, no te saca, no exageremos. Pero te molesta: no ser mas mi centro, ni mi corazón, ni mis recuerdos ni mis pensamientos. Te molesta no ser mi todo. No sé qué cambió. No sé si fui yo o fuiste vos o cambiamos los dos. Solamente sé que ya no sos mi todo. Y que ya no me interesa ser tu nada.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Me preparo para rendir un final

Y me distraigo con diez sobrecitos de papeles metalizados que estoy convirtiendo en grullas y estrellitas para mi arbolito de navidá.

Responsabilidad, ¡volvé! ¡te juro que no te esquivo mas!

Ojo donde asoman las narices

El sábado estaba limpiando la cocina de mi casa, con las ventanas abiertas, y sentí un aroma que hacía mucho no sentía, un aroma que me transportó a, por lo menos, diez años atrás: cera de depilación, en su estado mas hirviente, doloroso y escalofriante. Relojeé las ventanas próximas a las mias, pero no había nadie. Ni en una, ni en la otra.

Mi nariz estaba enloqueciendo porque necesitaba saber de dónde venía el olor, asi que me acerqué un poco mas a la ventana, asomé un poco la cabeza, y ahí estaban: mi pareja de vecinos gays, depilándose las espaldas y charlando de lo cara que está la verdura.

Les hubiera preguntado si se copaban en hacerme el cavado, pero me dio vergüencita.

Viernes a la madrugada, mientras miraba infomerciales

Quiero la máquina de pan.
Quiero el cosito para los abdominales.
Quiero el picador de cebolla.
Quiero el sillón inflable.
Quiero.
Quiero.
Quiero. Todo.

Si tuviera plata, sería el mejor y mas dedicado y amoroso cliente de todos los cosos esos de venta telefónica tipo sprayette y ¡compre ya compre ya, que llamando YA se lleva dos al mismo precio!

Se me cae la baba, man.

Una cortita

Es todo risas hasta que se te escapa decirle "novio" delante suyo.

Acá ando, de nuevo, pidiendo favores

Este fin de año me agarra participando de otro concurso, esta vez para la revista digital Victoria Rolanda, que está eligiendo "El blog femenino del año". Entre otras estoy yo, si tienen ganas pueden entrar y votarme por acá: 0-800-Votá a una minita y hacela feliz (soy la segunda de la lista).

Gracias, y perdón, porque desde hoy hasta que termine el concurso, todos los días voy a recordarles que sí, que pueden seguir votándome, acá.

sábado, 4 de diciembre de 2010

No sé qué es peor: si liberar la mierdita propia o zambullirse en la mierdita ajena.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Ojo la gente sensible

Siempre me pregunté,
¿por qué los baños públicos de mujeres están sucios?

¿Cuesta mucho no dejar todo ahí expuesto en el tacho de basura?

Las toallitas usadas, los tampones, los protectores, *lo que sea*: se doblan, se envuelven, se enrollan, se guardan en una bolsa. Algo. No se dejan patas para arriba porque es un asco. Porque es de sucia, de chancha, cochina y mugrienta. Y porque estoy segura que en sus casas jamás harían algo similar.

Negación

Me despertó el zumbido de un mosquito en la oreja. Tenía el pelo pegoteado en la cara, la espalda transpirada. Las sábanas estaban calientes, la almohada también. Estiré el brazo hasta el otro lado de la cama: no había nadie. Me senté en la cama y agarré la botella de agua que estaba en el piso. Mientras tomaba algunos tragos caminé a la puerta ventana de la habitación, y salí.
Desde el piso catorce las cosas se ven lindas. De día hay hormiguitas que caminan y autitos de juguete que van de un lado para el otro. De noche todo son lucecitas. Como las de navidad. A mi me gusta la navidad.
Me senté en el piso del balcón. No corría una gota de aire, y supuse que el piso frío me refrescaría un poco, aunque sea las piernas. Algo. Respiré profundo varias veces pero no hubo caso: el oxígeno estaba viciado, el olor a humedad era insoportable, tenía las manos húmedas, la nuca pegoteada. Me fumé un cigarrillo. Estaba desvelada.
No sé cuánto tiempo habrá pasado desde el zumbido del mosquito hasta que me levanté. Lo que sí sé es que fue demasiado. Esperé demasiado tiempo, y sin embargo el no apareció. Cuando volví a entrar a la habitación, a lo lejos se empezaba a ver la claridad del día. Al lo lejos, en el río, los primeros reflejos del amanecer. No había nubes, y la humedad seguía siendo insoportable. Hoy iba a estar igual que ayer: pesado y asqueroso. O asquerosamente pesado.
Caminé por el pasillo hasta la puerta del estudio: estaba entreabierta. Me asomé y lo vi, de espaldas, sentado en la computadora. Otra vez. Entré, despacio, sin que me escuchara, y me apoyé contra la pared. Desde ahí podía verlo a él, y podía ver el enjambre de pijas y conchas y tetas operadas que se movían en la pantalla. Sentí envidia al ver su mano metida en el pantalón. Su respiración agitada me calentó. Traté de recordar cómo era sentirla cerca mio. Cómo transpiraba cuando estaba arriba mio. Sus ojos, por momentos cerrados, hicieron que me preguntara si yo también estaba siendo parte de su fantasía. Si entre todas esas tetas, estaban las mias. Si yo todavía estaba en algún lugar. Si, todavía, en algún lugar, en algún momento, lo calentaba.
Me respondí que sí. Que estaba entre esas tetas, que era parte de esa fantasía, que todavía lo calentaba. Antes de cerrar los ojos, encontré un mosquito y lo maté. Sonreí, triunfal, y me dormí.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Algunos me preguntaron si estuve en Uruguay


Sí, estuve.
(y todas las fotos salieron fuera de foco)

Igual lo engullí, y estaba buenísimo

Ayer comí conejo por primera vez en mi vida y juro que mientras acercaba el tenedor a mi boca al lado mio se formó una nubecita con el dibujo de una pradera hermosa y verde y un cielo azul turquesa y conejitos blancos y negros y grises saltando felices, de un lado para otro.

Gramática for dummies

En la oración condicional, se interpreta como que ninguna de las dos situaciones sucede y por tanto es hipotética.

(fuente http://es.wikipedia.org/wiki/Modo_condicional)