Sábado 8 de diciembre de algún año entre 1998 y 2ooo, 11:30 am
Papá lee el diario sentado en la mesa de la cocina. Mamá cocina. Yo no sé. Llega mi hermana. No saluda. Sube a la habitación. Papá se levanta. Se asoma a la escalera y le grita algo. Mi hermana baja. Discusión con papá en el living.
Papá vuelve a leer el diario a la mesa de la cocina. Mi hermana entra a la cocina. Mamá deja de cocinar. Yo no sé. Duscusión de mi hermana con mi mamá. Papá lee el diario. Mi hermana grita. Mamá grita. Yo no sé. Papá lee el diario. Mi hermana grita más. Mamá grita más. Yo sigo sin saber.
Mamá se acerca a mi hermana. Están a diez pasos. Nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos. Nada. Cara a cara. Grita mi hermana. Grita mi mamá. Yo miro. Grita una, grita otra. Gritan las dos, al mismo tiempo. Mamá le pega. Una. Dos. Tres veces. Papá lee el diario. Yo miro.
Mi hermana camina hacia atrás, hacia el living. Uno, dos, tres pasos. Mamá la sigue. Uno, dos, tres pasos. Llegan casi a la ventana del living, la que da a la calle. Gritan. Mamá le pega. Mi hermana trata de defenderse. Yo miro, desde la cocina. Me levanto. Camino unodostres pasos rápidos. Mamá cierra la ventana del living para que de afuera no se escuche. Yo tiemblo. Quiero llorar y no puedo. Quiero gritar, también, pero no me salen las palabras. Con mucha dificultad, digo "basta". No escuchan. Gritos. Muchos. Golpes. Varios.
Algunas horas mas tarde estoy en el Sarmiento. Sentada, sola, en el tren hay poca gente. No sé dónde estoy yendo. Lloro. Miro por la ventanilla y creo seguir escuchando los gritos de mi casa. Se acerca un nene, me regala un caramelo.
Papá lee el diario sentado en la mesa de la cocina. Mamá cocina. Yo no sé. Llega mi hermana. No saluda. Sube a la habitación. Papá se levanta. Se asoma a la escalera y le grita algo. Mi hermana baja. Discusión con papá en el living.
Papá vuelve a leer el diario a la mesa de la cocina. Mi hermana entra a la cocina. Mamá deja de cocinar. Yo no sé. Duscusión de mi hermana con mi mamá. Papá lee el diario. Mi hermana grita. Mamá grita. Yo no sé. Papá lee el diario. Mi hermana grita más. Mamá grita más. Yo sigo sin saber.
Mamá se acerca a mi hermana. Están a diez pasos. Nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos. Nada. Cara a cara. Grita mi hermana. Grita mi mamá. Yo miro. Grita una, grita otra. Gritan las dos, al mismo tiempo. Mamá le pega. Una. Dos. Tres veces. Papá lee el diario. Yo miro.
Mi hermana camina hacia atrás, hacia el living. Uno, dos, tres pasos. Mamá la sigue. Uno, dos, tres pasos. Llegan casi a la ventana del living, la que da a la calle. Gritan. Mamá le pega. Mi hermana trata de defenderse. Yo miro, desde la cocina. Me levanto. Camino unodostres pasos rápidos. Mamá cierra la ventana del living para que de afuera no se escuche. Yo tiemblo. Quiero llorar y no puedo. Quiero gritar, también, pero no me salen las palabras. Con mucha dificultad, digo "basta". No escuchan. Gritos. Muchos. Golpes. Varios.
Algunas horas mas tarde estoy en el Sarmiento. Sentada, sola, en el tren hay poca gente. No sé dónde estoy yendo. Lloro. Miro por la ventanilla y creo seguir escuchando los gritos de mi casa. Se acerca un nene, me regala un caramelo.
4 comentarios:
piel de gallina
Imaginé cada una de las escenas. Piel de gallina, too.
Que bien escribis, que lo parió.
Salute,
piel de... pollo?
besos
Está bueno ver que este tipo de mierdas pasan en todas las casas... uno se siente menos anormal... ;)
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