lunes, 22 de febrero de 2010

Desde el palco preferencial

Vaso de vino en la mano. Escuchaba música que mejor decir que nunca escuchás. Miraba hacia la calle. No sé cómo estuve tantos años sin un departamento a la calle: siempre hay algo maravilloso que observar.
Un chico. Dos chicas. Supongo que: triángulo amoroso. Una gordita. La otra, también. Ambas: calzas, pelo largo con rulos, flor en la cabeza. También supongo que: el chico tiene los gustos muy definidos. Gordita uno: "Te voy a tirar la puerta abajo". Gordita dos: "Te voy a hacer la vida imposible". El chico a gordita uno: "Rajá de acá, Agustina. Ra-já". El chico a gordita dos: "Tomátelas pelotuda. Tomátelas".
Siguieron. Gritaba gordita uno. Gritaba gordita dos. Chico le contestaba a gordita uno. Luego a gordita dos. Y asi, caminaron y se gritaron los unos a los otros, hasta que los perdí de vista.

4 comentarios:

Francisca dijo...

Es genial sentarte en el balcón porque siempre pasan cosas dignas de subir al blog. Sobre todo las discuciones amorosas, los nenes caprichosos y los viejos renegados.
Me gusta mucho tu blog, un beso.

Anónimo dijo...

Si las gorditas son felices, porque pasan estas cosas.

Salud.

Miss Bgui dijo...

Tu cierre debería haber sido..."y sacateesaflordelacabeeeezapelotuuuudaaaa" Cerrás la ventana, corrés y te metés abajo de la mesa. Reís y después esperas hasta la próxima obra.

Seba dijo...

Moraleja: las gordas son quilomberas