Tres y media de la mañana.
Me acuesto. Me tapo. Apago la radio. Cierro los ojos.
Pum
Pum pum
Pum pum pum
Pumpúm
Pum
Mis vecinos pum de pum arriba pum pum están pum jugando pum pum pum con una pelotita. Pum. Suspiro. Es sábado. No puedo ser tan molesta de ir a retarlos, eso lo hago sólo en la semana. Vuelvo a cerrar los ojos. Pum pum pum pum pum. Puteo en voz alta. Escucho que pum la pelotita, pum, cae en mi patio. Me levanto de la cama. Salgo al patio. Grito "Mirá qué pena, ahora se quedaron sin pelotita".
Entro. Me acuesto. Cierro los ojos. Me agarra culpa. Cul-pa. Culpa por ser como las viejas de las películas que se quedan con las pelotas de los niños que juegan al fulbo.
Salgo al patio. Miro a la ventana de mis vecinos. Uno, que está medio colgado, me dice: "¿No me alcanzás la pelota?". Voy, agarro la pelota. Me acerco. Se la estoy por tirar, pero le digo, antes: "Yo te devuelvo la pelotita, pero acabala con el jueguito porque TU piso es MI techo y me estás volviendo un poco loca con los ruiditos, ¿si?". "No más", me dice mi extranjero vecino. "¿Seguro?". "Seguro". Le devuelvo la pelota. Antes de entrar, le digo: "Trato hecho nunca deshecho, eh. Que soy mayor y quiero dormir".
Con mas vecinas como yo el mundo sería mucho más lindo, ¿o no?
Me acuesto. Me tapo. Apago la radio. Cierro los ojos.
Pum
Pum pum
Pum pum pum
Pumpúm
Pum
Mis vecinos pum de pum arriba pum pum están pum jugando pum pum pum con una pelotita. Pum. Suspiro. Es sábado. No puedo ser tan molesta de ir a retarlos, eso lo hago sólo en la semana. Vuelvo a cerrar los ojos. Pum pum pum pum pum. Puteo en voz alta. Escucho que pum la pelotita, pum, cae en mi patio. Me levanto de la cama. Salgo al patio. Grito "Mirá qué pena, ahora se quedaron sin pelotita".
Entro. Me acuesto. Cierro los ojos. Me agarra culpa. Cul-pa. Culpa por ser como las viejas de las películas que se quedan con las pelotas de los niños que juegan al fulbo.
Salgo al patio. Miro a la ventana de mis vecinos. Uno, que está medio colgado, me dice: "¿No me alcanzás la pelota?". Voy, agarro la pelota. Me acerco. Se la estoy por tirar, pero le digo, antes: "Yo te devuelvo la pelotita, pero acabala con el jueguito porque TU piso es MI techo y me estás volviendo un poco loca con los ruiditos, ¿si?". "No más", me dice mi extranjero vecino. "¿Seguro?". "Seguro". Le devuelvo la pelota. Antes de entrar, le digo: "Trato hecho nunca deshecho, eh. Que soy mayor y quiero dormir".
Con mas vecinas como yo el mundo sería mucho más lindo, ¿o no?
1 comentario:
Tengo vecinitos que los domingos, a la hora de la siesta, empiezan a jugar futbol contra el portón de chapa. El ruido es POM POM POM, casi con ritmo constante. Más, vecinita de la misma casa, con rollers yendo de punta a punta al compás del JJJJJshhhhh JJJJJshhhhh.
Los odio y no tengo la misma calma que tú. Lo mio sería más del tipo: "pueden dejar de romper las bolas con los ruiditos!?"...
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