domingo, 15 de noviembre de 2009

Como las criaturas

Todos los sábados, antes de entrar al taller, me bajo en la parada anterior a la correspondiente, camino, ansiosa, y me paro frente a un local de calzados, donde pego la nariz a la vidriera y miro por cinco minutos unos zapatos preciosos que no puedo comprar. Después me voy.