Golpe.
Golpe.
Golpe.
Sentada en la cama escuché esos tres golpes que venían de algún lugar. Yo estaba sentada pensando en nada, haciendo nada, y de repente, golpe, golpe, golpe. Me levanté. Caminé hasta la ventana. Era jueves, era de noche, hacía frío pero no tanto. Desde la ventana, semi abierta, lo vi: un chico de quince años apoyaba un pedazo de telgopor grueso contra una columna y golpe, golpe, golpe, hasta que lo rompía. Lo dejaba en el suelo, agarraba otro, lo apoyaba contra la columna y golpe, golpe, golpe, hasta que lo rompía. Varias veces. Con varios pedazos de telgopor. En el último telgopor, después del primer golpe, pude ver, en la superficie blanca inmaculada, unas gotas de sangre. Golpe, golpe. Después se fue, y yo volví a sentarme a la cama.
9 comentarios:
Y la sangre?
y asi termina?
noo, quiero saber mas, que paso??
excenente relato besos m
te vi en la caye estas mas buena que comer en mcdonal
crazy people.
La gente es rara. Es mi máxima arbitraria nº 2.
La 1 (no sé si te interesa pero no importe) No pretenderás contrar el rulo un día de humedad.
Ha dicho
Beso Ramera!
By the way, comer en McDonald no esta muy bueno si tenes mas de 6 años. Flirting fail anonimous.
Me gustó tu blog, voy a seguir leyendo..
Un besito!
Che, no entendí, le salía sangre al telgopor?
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