miércoles, 17 de noviembre de 2010

Tren fantasma

Eran mas tenebrosos los tirones que daba el carrito que los monstruos que se aparecían. Había una mano, una cabeza, un fantasma informe que parecía se iba a caer encima tuyo, un drácula, un frankenstein que besaba al cadáver de su novia, telas de araña hecha con algodón, arañas de plástico, olor a encierro, paredes negras. Desde el primer tirón (repito: los tirones daban miedo y era violentos y si yo hubiera tenido un hijito seguro que salía partido en dos) me largué a reir. No podía parar. Me reía con cada tirón y me reía mas con cada aparición monstruosa. Me reía porque no entraba bien en el carrito y me reía porque, man, ¡estaba en un tren fantasma!. Fueron dos minutos, como mucho. El recorrido terminaba con un último tirón y un choque contra las puertas que te llevaban afuera: las puertas tenían pintado un micro, o algo similar. Me bajé del carrito y me reí, no podía parar, no podía hablar bien porque quería que comentáramos la experiencia pero solamente me salían balbuceos entrecortados.

4 comentarios:

Miss Bgui dijo...

Jajaajajajaja te puedo imaginar.
LADIVERSION!

Besoooooooooo

Anónimo dijo...

qué lindo Montevideo

Nuri148 dijo...

Tentarse de risa es lo MÁS. :)

pajarita Juli dijo...

mmm, Rosario?