El sábado estaba limpiando la cocina de mi casa, con las ventanas abiertas, y sentí un aroma que hacía mucho no sentía, un aroma que me transportó a, por lo menos, diez años atrás: cera de depilación, en su estado mas hirviente, doloroso y escalofriante. Relojeé las ventanas próximas a las mias, pero no había nadie. Ni en una, ni en la otra.
Mi nariz estaba enloqueciendo porque necesitaba saber de dónde venía el olor, asi que me acerqué un poco mas a la ventana, asomé un poco la cabeza, y ahí estaban: mi pareja de vecinos gays, depilándose las espaldas y charlando de lo cara que está la verdura.
Les hubiera preguntado si se copaban en hacerme el cavado, pero me dio vergüencita.
6 comentarios:
la depilacion, mi querida M, dejo de ser de territorio privativo de las mujeres. Mas de uno se depila y si no van a la depiladora es porque no creo que se puedan fumar la espera con la caras y la paparazzi , no porque no se banquen los tirones. ahora te digo, depilarte en tu casa es todo un enchastre a no ser que vena una minita a domicio con sus adminiculos !!
poquísimas veces intenté depilarme con cera en casa. fue un enchastre y un asco de dolor
creo que les envidié la cancha que tenían para hacerlo y el hablar de cualquier cosa mientras les chorreaba cera caliente por la espalda! me encantaron
jajajajaj entonces les hubieras pedido el cavado kojak mientras hablaban de LA VIDA !!! ya te voté en V. Rolanda!!
Me morí de amor.
Qué compañeros los gays. Hablas de cavado y el dolor agudo se me viene a la mente. JAJA
yo los envidio...por lo menos ellos comparten el dolor de depilarse, mientras que una se lo banca solita
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