martes, 2 de noviembre de 2010

El día que agarrás, y te hacés la mala

Lo que pasa, boluda, es que vos pensaste que yo iba a saltar como una imbécil a gritarte en la cara quiero re truco y quiero vale cuatro. Que iba a tirar las cartas sobre la mesa y te iba a dar un poco de pelea. Y lo que pensaste, boluda, es que tenías material para ganarme, que tus cartas eran mejores, que podés pegarte sobre la frente una carta y burlarte de mi, de mi soledad, de mi tristeza, de mi corazón roto, de mi condición de eterna segundona.

Pero no, boluda, porque cuando me atacás con tu tonito adolescente, me dan ganas de abrazarte, de decirte que no, que ese cuatro de copas que te pegaste en la frente no es la mejor carta, que si querés hacerme mierda esta vez no te va a salir, que ya me ganaste demasiado, boluda, que ahora me toca a mi, que esta vez, la que gana el juego, soy yo.

2 comentarios:

JM dijo...

Muy bueno.
Pero mirá que no vale cartearse eh!

Lila Biscia dijo...

que lindo post!