En todas las heladeras de los solteros que todavía somos desorganizados, existe un tupper que no se abre. Un recipiente tapado que contiene alguna sobra de alguna cena que puede ser de la semana pasada, de hace quince días o de hace dos meses. Es un recipiente cerrado al vacío, que con el tiempo ya ni siquiera se recuerda qué contiene. Un recipiente que se ve siempre, pero se ignora. Son restos.
Las personas que sufrimos por amor alguna vez en la vida también tenemos algo que ignoramos. Algo que no sabemos qué es pero está ahí, latente. Un recipiente que contiene alguna imagen, una palabra, una sensación o un sentimiento que decidimos ignorar. Está ahí, lo sabemos, pero lo esquivamos con la mirada. Preferimos ignorar su presencia. Son restos. Nadie quiere los restos de la cena de la semana pasada.
El problema del recipiente de la heladera es abrirlo. Abrirlo es inundar la cocina de olor a podrido. Es ver que el recipiente se echó a perder. Que hay hongos verdes sobre unos fideos con salsa. Abrir el recipiente es enfrentarse a la podredumbre, a lo asqueroso, a lo desagradable. Pero la solución es sencilla: una mano abre el tacho de basura, el recipiente y las sobras putrefactas van adentro. Asunto olvidado.
En el amor, en cambio, veo imposible eliminar el recipiente con lo podrido. Por mas que querramos y nos esforcemos y tratemos de ver las cosas con otros ojos, siempre estará podrido. Podemos ignorar el recipiente de los restos del amor sufrido, podemos hacer como si no existiera, como si nunca hubiéramos cenado ese amor. Pero cuando menos lo esperamos, por una palabra, una acción, un movimiento, un tono de voz extraño, el recipiente se abre, el cuerpo se llena de olor a podrido, se liberan esos miedos, esas inseguridades, esas desconfianzas, esas sensaciones de mierda que pensábamos obsoletas.
El problema no es que hayas sufrido. No es haber elegido mal. No es que te traicionaran, que te mintieran o engañaran. El problema no es haberte quedado ahí, esperando la verdad, el compromiso, el amor. El problema no es quien te hizo sufrir. El problema lo vas a tener vos. El que venga después, los que vengan después, ellos van a tener que enfrentarse a las sobras de tu cena. A tu recipiente lleno de restos podridos. Van a tener que ver tu seriedad cuando el teléfono suena y no se te dice quién llama. Van a tener que soportar celos, angustias y llantos infundados en la nada misma, en la fantasía de que seguramente el otro está mintiendo. Van a ver tu recipiente oscuro, ese que pensabas que podías ignorar. Van a ser testigos de tu paranoia. Y no sólo ellos. Vos misma. Vos misma te vas a enfrentar a situaciones que abren el tupper de lo podrido. Vas a estar sentada en la computadora con su casilla de mails abiertos y vas a tener que contar hasta cien para no meterte en cosas que no son tuyas. Vas a mirar su celular y vas a morirte de ganas de saber a quién llama y a quién no. Y la lucha entre querer saber si te miente y querer confiar ciegamente va a estar siempre ahí. Siempre que te quedes a solas en su casa vas a querer revisar algún cajón y siempre vas a pensar que vas a encontrar algo. Siempre que te llame y te diga que está en la casa de un amigo vas a pensar si su amigo tiene tetas y está desnuda, en la cama, esperándolo.
No sé si hay manera de evitarlo. No sé si existe un tacho de basura para los restos del amor. Y digo "no sé" con una vaga esperanza de que ese "no sé" se convierta en un "sí" rotundo. Es vaga, mi esperanza, es chiquita, es un susurro. Si me preguntás hoy, te digo que no, que no hay manera, que las sobras de la cena de la semana pasada siempre van a estar ahí, y que en cualquier momento alguien va a venir a tu casa, sin permiso, a abrirte la heladera y preguntarte mientras abre el tupper: "Y acá, ¿qué guardás?".
Las personas que sufrimos por amor alguna vez en la vida también tenemos algo que ignoramos. Algo que no sabemos qué es pero está ahí, latente. Un recipiente que contiene alguna imagen, una palabra, una sensación o un sentimiento que decidimos ignorar. Está ahí, lo sabemos, pero lo esquivamos con la mirada. Preferimos ignorar su presencia. Son restos. Nadie quiere los restos de la cena de la semana pasada.
El problema del recipiente de la heladera es abrirlo. Abrirlo es inundar la cocina de olor a podrido. Es ver que el recipiente se echó a perder. Que hay hongos verdes sobre unos fideos con salsa. Abrir el recipiente es enfrentarse a la podredumbre, a lo asqueroso, a lo desagradable. Pero la solución es sencilla: una mano abre el tacho de basura, el recipiente y las sobras putrefactas van adentro. Asunto olvidado.
En el amor, en cambio, veo imposible eliminar el recipiente con lo podrido. Por mas que querramos y nos esforcemos y tratemos de ver las cosas con otros ojos, siempre estará podrido. Podemos ignorar el recipiente de los restos del amor sufrido, podemos hacer como si no existiera, como si nunca hubiéramos cenado ese amor. Pero cuando menos lo esperamos, por una palabra, una acción, un movimiento, un tono de voz extraño, el recipiente se abre, el cuerpo se llena de olor a podrido, se liberan esos miedos, esas inseguridades, esas desconfianzas, esas sensaciones de mierda que pensábamos obsoletas.
El problema no es que hayas sufrido. No es haber elegido mal. No es que te traicionaran, que te mintieran o engañaran. El problema no es haberte quedado ahí, esperando la verdad, el compromiso, el amor. El problema no es quien te hizo sufrir. El problema lo vas a tener vos. El que venga después, los que vengan después, ellos van a tener que enfrentarse a las sobras de tu cena. A tu recipiente lleno de restos podridos. Van a tener que ver tu seriedad cuando el teléfono suena y no se te dice quién llama. Van a tener que soportar celos, angustias y llantos infundados en la nada misma, en la fantasía de que seguramente el otro está mintiendo. Van a ver tu recipiente oscuro, ese que pensabas que podías ignorar. Van a ser testigos de tu paranoia. Y no sólo ellos. Vos misma. Vos misma te vas a enfrentar a situaciones que abren el tupper de lo podrido. Vas a estar sentada en la computadora con su casilla de mails abiertos y vas a tener que contar hasta cien para no meterte en cosas que no son tuyas. Vas a mirar su celular y vas a morirte de ganas de saber a quién llama y a quién no. Y la lucha entre querer saber si te miente y querer confiar ciegamente va a estar siempre ahí. Siempre que te quedes a solas en su casa vas a querer revisar algún cajón y siempre vas a pensar que vas a encontrar algo. Siempre que te llame y te diga que está en la casa de un amigo vas a pensar si su amigo tiene tetas y está desnuda, en la cama, esperándolo.
No sé si hay manera de evitarlo. No sé si existe un tacho de basura para los restos del amor. Y digo "no sé" con una vaga esperanza de que ese "no sé" se convierta en un "sí" rotundo. Es vaga, mi esperanza, es chiquita, es un susurro. Si me preguntás hoy, te digo que no, que no hay manera, que las sobras de la cena de la semana pasada siempre van a estar ahí, y que en cualquier momento alguien va a venir a tu casa, sin permiso, a abrirte la heladera y preguntarte mientras abre el tupper: "Y acá, ¿qué guardás?".
31 comentarios:
No me puedo edificar más con la engrada porque seria imposible, Por dios. Por qué no existe?
Amo tu blog. saludos.
Me encantó. Saludos:)
Al hueso...encontraste la metáfora perfecta.
Me encantó también.
Saludos!
verdades....
excelente post!
besos...
Amé este post. Cuantas verdades y qué tan bien las escribiste.
Tranquila, chica; siempre que llovió, paró. Y salió el sol, y por algún motivo se veía como el sol más brillante y hermoso de la historia.
yo me quiero morir
TODA LA VERDAD.
Uhh que salado lo que escribiste! Más identificada no me pude sentir...
Dicen que el tiempo lo cura todo..así que supongo que con el tiempo se irán desintegrando esos restos de amor y se llevarán su olor a podrido.
Ojalá.
más cierto imposible!
saludos (:
Coincido con los demas, toda la verdad.. y bueno asi estamos.
Un beso!
Yo creo... que lo que tienen los tapers es que, es verdad, creemos que esquivándolos simplemente van a irse solitos, cuando la verdad es que no tienen patas (por algo son tapers). Pero si tenemos suerte... puede llegar alguien que nos muestre que con el pedazo de vacío al horno reseco que tenemos en el taper, si lo cortamos super chiquito y lo mezclamos en una ensalada podemos hacer un salpicón. O la salsa cristalizada y con hongos que tenemos en el freezer, si le sacamos una foto de cerca hasta parece graciosa y decontracté.
Es verdad, es más común tener uno o más tapers clavados encima que gente cerca que nos haga verlos de nuevo y de una forma totalmente nueva, pero no por eso deja de pasar. Creo yo.
es que estas mirando al nuevo con el ex en la cabeza. estas buscando a tu ex en tu actual. entonces no es q la marca que te dejo el amor que no fue, es el amor q no fue q te dejo marcas. cuando una se enamora, cosa q mucho no pasa, se hace una idea de lo q el amor es. tu amor es tu ex amor y de alguna manera crees que no hay otras formas de querer q la q ya conoces.
olvidate. no todos son iguales. y no hay una sola forma de querer
genial.
Buenisimo el post! muy identificada me siento lamentablemente...un horror mi tupper...
Post de lujo.
Pero cuando no tenemos amor, que se nos pudrió el tupper y cuándo estamos enamorados, que no lo encuentre y ojalá que no se lo encontremos!
Y el momento de disfrutar de la vida cuándo llega?
Excelente post, me encantó y terriblemente cierto.
Me haces reir mucho!! esta muuuuy bueno lo que escribis!
te lo tengo dicho: estas cosas birra de por medio.
y sos bastante ordinaria, ramera, porque yo ya te invité 3 veces.
(ya parezco una de mis ex admiradoras, ja)
Cada día es más placentero leerte y cada día concido un poco más con tu forma de ver las cosas que se encuentran dentro del tupper.
Fijate ahí, en la heladera, las que están afuera, fresquitas para que las empieces a disfrutar.
Besos, lindura.
Hay una forma de evitarlo y tiene que ver con al ideología (cuando no una mujer con ovarios bien puestos teniendo la respuesta).
En mi caso personal, imagino que después de haber tenido muchos más tapers en la heladera, halle la respuesta en una postura filosófica que tiene que ver con la ideología (que es decir la vida misma).
Es inútil abrir el recipiente porque salvo que sea de buena calidad siempre queda un rastro de olor, así que lo mejor es agarrar una bolsa y tirarlo a la mierda.
Con las relaciones frustrantes asa más o menos lo mismo.
Es en vano seguir dejándolas allí para el recuerdo de la traición - frustración - decepción - y cualquier otra opción que nos surja.
Es necesario dar vuelta la página y comenzar de cero en la certeza (y aquí viene la ideología) de que si esa persona "hubiera sido" estaría aquí con nosotros en este instante.
Que si esa persona "hubiera sido" no hubiera defeccionado en "nuestra relación" y que la persona que viene (si es la correcta) bajo ningún concepto es la que corresponde.
La idea entonces es que nos equivocamos muchas veces porque realizamos muchos ensayos antes de hallar a esa persona que no necesita engañarnos; frustrarnos; etc porque es "la persona".
¿Fuí más o menos claro?
Si no habrá que comprar una entrada para la charla jajajajajajajaja
Un abrazo
verdad absoluta!
no es re lindo cuando lees a alguien y podes escucharlo ??
..posta, eso me pasa
no dejes de escribir nunca!
Genial! Tan cierto, tan real!
Ojalá fuera tan fácil de explicar, o tan sencillo como poner las sobras en la basura!
¡Me encantó y Amo tu Blog!
Besos
Nina
Muy acertada esta comparación entre el tupper de la heladera y el del amor. Pero me parece también que hay muchas personas con tupper dando vueltas y muchos estamos en la misma. Quizás haya que buscar ese hombre/mujer que no le tenga miedo a los tuppers porque justamente saben que existen!
saludos de una principiante en el mundo de los blogs
Y más si la respuesta de lo que guardás es imposible de relatar en menos de un párrafo. Igual en algún momento todos se tiran. Unos demoran menos, otros nos inundan la casa por más tiempo.
te robé una parte y puse que es de tu blog, me sentí demasiado tocada jajaaj sos una genia minitaa
Tengo algunos tuppers x ahi pero me cuesta abrirlos y tirar lo que tienen, horrores me cuesta no sabes! A veces siento que mi vida podría simplificarse mucho mas, solo que me cuesta, pero es custión de proponerselo uno mismo supongo.
Siempre paso por acá y leo este post. Insisto, es muy bueno
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