domingo, 5 de junio de 2011

Felicidad

Me aterrorizan muchas cosas, algunas bobas como las cucarachas y la oscuridad o la muerte y la soledad, pero lo que más me aterroriza es ser infeliz. No sé si es una cuestión que uno pueda controlar demasiado, algunas cosas son dadas y no hay manera de evitarlas (algún trabajo feo, algún dolor que te deje tirada en la cama) pero hablo en otro nivel, ese nivel en el que no quiero que la infelicidad sea mi modo de vida. Vine pensando ésto durante toda la semana porque algunos conflictos familiares hicieron que mi cabeza explotara y que, a pesar de las condiciones preciosas en las que me encuentro ahora, yo anduviera medio cabizbaja o triste o introvertida o un poco de todo. Dormí unas siestas monumentales y cuando duermo ese tipo de siestas sé que hay algo que no está del todo bien y a veces puedo identificarlo y a veces no. Lo que decía de la infelicidad no tiene que ver con el pesimismo, soy pesimista y me gusta ser pesimista porque hay pesimistas oscuros y pesimistas radiantes y yo creo que ahora, a los veintisiete, me ubico en el segundo grupo. Por ejemplo hace dos años (y antes también) yo estaba en el primer grupo, el de los pesimistas oscuros que piensan que todo está mal y que todo va a estar peor, o que el amor no existe, o que la vida es una mierda. Ahora soy pesimista radiante y casi (enfatizo el casi) todo lo negativo de mi vida me da risa. Me quejo por cosas chiquitas como que mi casa está sucia o me quejo por cosas grandes como que no estoy en condiciones para bancarme los conflictos familiares y ponérmelos al hombro porque son demasiado pesados y yo estoy muy flaquita pero después me río porque los conflictos familiares son pasajeros algunos e inevitables los otros. ¿Y qué hacer con lo inevitable o inmutable o imposible de eliminar? Nada, no se puede hacer nada, y tampoco puedo dejar que ese pesimismo familiar me parta la felicidad que tanto me cuesta conseguir. No tengo bien en claro qué es la felicidad, no puedo dar una definición exacta porque la felicidad no está dada por una fórmula básica o por un listado al que le tildás todos los ítems y, listo, sos feliz. Sí puedo decir que hace unos años dejé de oscurecerme todo el tiempo, dejé de hacerme cargo de cosas que no me correspondían y dejé de acercarme a gente que me hacía mal (acá hay algo clave: hace un año me enamoré de un chico que es, además de la persona más graciosa e inteligente que conocí en mi vida, también el más bueno; o sea: dejé de enamorarme de boludos egocéntricos y eso me dio vuelta la cabeza). Me encantaría decir, también, que dejé de sentirme afectada por la mirada de los otros pero eso no, tampoco existen los milagros y si existen no sé si aplican a la personalidad de la gente y no creo que haya algo que de repente haga que mi autoestima suba. Hoy soy feliz y me gusta ser feliz y me gusta que ésta felicidad la haya logrado sola, con mucho trabajo introspectivo y con mucho esfuerzo, porque no es fácil identificar los defectos e intentar cambiarlos y siempre hay recaídas y momentos de mierda. Hoy soy feliz a pesar de las cosas que podrían hacerme infeliz, hoy puedo reírme de lo mucho que lloré ayer y puedo decir sin ningún problema que tuve una relación enfermiza que duró cuatro años y puedo no echarle toda la culpa a él porque hoy en día puedo identificar, también, todo lo que yo hice de mal (ser hinchapelotas y celosa en una primera instancia y, en una segunda, esperar milagrosamente que el otro cambiara). Puedo decirlo porque ya no me da miedo ni vergüenza decir que me equivoqué, y porque me di cuenta que puedo ser feliz sin tener la necesidad de alcanzar una perfección imposible, sin tener que satisfacer todo el tiempo al otro (ser buena hija, ser buena estudiante, ser buena trabajadora, ser buena y nada más), porque me di cuenta que la felicidad es posible y que si yo, con todas las cosas buenas que me pasan en la vida, no soy capaz de ser feliz, entonces estaría completamente jodida.

7 comentarios:

Anabella dijo...

Que lindo esto.

Cookie / Cat dijo...

Me quedo con eso de que la felicidad es posible y que hay que cagarse en lo que digan los demás.

:)

Mercedes. dijo...

Increíble.
Estoy por cumplir 20 en dos semanas y me propuse darle un giro completamente diferente a mi vida (deseo que ya venia gestándose desde el año pasado y algunas cosas ya modifiqué)
Me quedo con lo mucho que a veces nos niega la vida, y después reírse de esos momentos en los que estuvimos devastados en el pasado, pero que luego, poco a poco, todo empieza a andar perfecto.
Es la historia de mi vida lo que contas, que bueno identificarse con vos, y que bueno tambien que te hayan pasado esas cosas, por que aprendiste de todas esas situaciones tristes para no cometerlas a futuro o cuando estés con alguien que realmente vale la pena (como ahora!).
Disfruta de este momento querida.

Anónimo dijo...

gracias. me identifiqué mucho. es gracioso ver cómo los humanos sufrimos las mismas cosas, y aún nos creemos tan diferentes los unos de los otros. besos y buena semana, que sea FELIZ.

Anónimo dijo...

flaca te leo hace unos meses y me siento super identificada con muchas cosas me encanta como escibis y lo cierto de loq ue decis en este post creoq ue la felicidad es no necesitar de nada para sentirnos, no se si completos pero seria mas bien enteros o por lo menos sentirnos parados en la vida con lo beno y lo malo

Anónimo dijo...

reirse es el mejor remedio para la felicidad

Bárbara Fígoli dijo...

A punto de llorar, me senti muy identificada en varios puntos