jueves, 9 de junio de 2011

De una excursión al centro a la extrema soledad

Le digo "el centro" a todo lo que quede pasando Corrientes y Callao. Antes, cuando vivía en Ramos, le decía "el centro" a todo lo que quedara pasando Liniers y ahora, aunque las distancias se hayan acortado muchísimo, el centro me sigue pareciendo un lugar lejano, casi como un universo paralelo. No estoy orgullosa de ésto, el centro ahora me queda cerca y me planto con la excusa de la larga distancia porque detesto salir de mi casa e ir para esos lados.

Ayer no me quedó otra y tuve que ir a Tribunales y aunque me parecía que iba a perder todo el día viajando y aunque estuve desde el día anterior maldiciendo porque no quería salir con el frío a un lugar tan hostil como "el centro", lo cierto es que Tribunales me quedaba a un subte de la reunión que tenía previamente, una reunión en la que una vez más mi incapacidad de expresiones salió a la luz: estaba contenta por todo lo que se hablaba pero a la vez estaba tímida y callada y solamente al final dije que me encantaba la idea. Me costó bastante exteriorizar esa sensación.

En Tribunales descubrí el submundo de los abogados, muchos señores mayores llevan el saco sin ponérselo completamente, más a modo de capita, y a la noche probé cómo sería llevar un saco a modo de capita y me pareció de lo más incómodo porque hay que levantar los hombros y convertirse un poco en Juan Sin Cuello para que no se caiga. Supongo que ellos estarán más entrenados y por eso no les cuesta y seguramente hasta les resulte cómodo. También vi en la puerta de Tribunales una subespecie de vendedores ambulantes que vociferaban que había salido la reglamentación (no creo que el nombre exacto fuera ese, pero es el que se me viene a la cabeza) y vendían entonces una fotocopias abrochadas. Me imaginé a chicos del centro de estudiantes de Puan vociferando "El apunte que te faltaba de Derrida, acá lo tenés, a Derrida, acá lo tenés" y me reí por dentro, tampoco es para andar haciendo papelones en la vía pública. Me llamaron muchísimo la atención las librerías especializadas que hay en la zona y lo feo que son los libros de derecho, pareciera que lo dicen adentro es tan importante que se quedan sin energía para diseñar una tapa con onda. Había de dos tipos: unas tapas blancas con franjas de un color donde se sobreimprimía el título, o los clásicos "de abogado", negros o bordó con letras doradas o plateadas. Había muchísima gente que iba y venía y por la vereda había que andar pidiendo permiso y rogando que no viniera uno de atrás medio apurado que te atropellara porque justo el de adelante tuyo se había parado en seco para ver lo que ofrecía el vendedor ambulante. Una locura. El centro es una locura y por eso prefiero seguir pensando que me queda lejos.

Hoy también tuve que salir de casa porque no siempre se puede trabajar desde casa y eso me apena muchísimo porque ya estaba acostumbrándome a andar en piyama con la cintura suelta y el buzo más grande del mundo. Es cómoda la vida del freelancer. Hoy tuve que salir a trabajar, fui a una productora donde estaba solamente yo. No tenía ni internet, así que pasé el día incomunicada y volví a la noche esperando tener mails divertidos pero de catorce sin leer, solamente tres eran específicamente para mi. Fue un contraste bastante llamativo, ayer estar en un lugar tan lleno de gente y hoy en un lugar completamente silencioso y en absoluta soledad. Extrañé un poco el movimiento de ayer pero sé que no podría soportarlo más de dos o tres horas seguidas. La vuelta en colectivo fue amena porque al estar en silencio todo el día, me propuse prestar atención a lo que pasaba alrededor para no perder de vista que sigo siendo un ser social o algo similar. En la parada del colectivo había varios chistadores anónimos, de esos que no soportan que el colectivo tarde y se ponen muy nerviosos y empiezan a murmurar cositas feas sobre el país, el mundo y la vida. Hay que tener cuidado con los chistadores anónimos porque siempre están en busca de alguien que haga contacto visual con ellos para decir "qué barbaridad" o despotricar contra algo. Durante el tiempo que esperé el colectivo me la pasé mirando al suelo o al horizonte lleno de edificios. Después, ya en el viaje, el señor que estaba sentado al lado mio roncaba mucho y despedía un olor como a pis. Al lado mio iba parada una parejita que cantaba temas de Sandro sin mucho conocimiento, cantaban "Rosa rosa tarararararara". La chica de la parejita le dijo al chico: "¿Viste El ladrón de orquídeas? Leí el otro día que todo es real, los personajes, la historia, todo. Es todo circular de la realidad".

"Circular de la realidad" repetí mentalmente, para no olvidarme.

11 comentarios:

Miss Bgui dijo...

Yo le digo "el centro", cuando me refiero a la calle principal de Bgui y cada vez que pido un remis desde la casa de mamá, ella, que es más realista que yo me dice: "No digas que vas al centro, a ver si cree que te tiene que llevar a capital". Qué boba, no entiende nada.

ionito dijo...

Parece que a los señores abogados, poco le importa el diseño de las tapas, porque lo primero que hacen, una vez adquirido el ejemplar, es forrarlo con papel araña.
O llegado el caso, algún otro papel decorado con superheroes de la justicia.
Quiero creer eso.

Anónimo dijo...

Como estudiante de abogacía, espero que no diseñen la tapa de los libros.

Con lo caros que son! si le ponen onda vendo el higado para comprar una guía.

Sobre los vendedores de la puerta, aunque parezca chiste, a veces una reglamentación que salió y te perdiste te cambia el procedimiento, actuaste mal y te comes juicio por mala práxis.

Anabella dijo...

No me banco mucho a los abogados. En fin, me gusto el post! :)

Mercedes. dijo...

Lo de los chistadores es una verdad universal.
Hoy bajé del colectivo, y justo un hombre que justamente no chistaba, estaba en la parada, pero empezó a vociferar "dale macho, subime que tengo que llegar al laburo"
Comprensible, pero justo se le ocurrió hablar a los gritos cuando yo bajaba, y sus ruidosas quejas aturdieron mi oído izquierdo.

Dharma dijo...

jaja lo que más me gusta son las capturas de diálogos

Bárbara Fígoli dijo...

Muy bueno lo de los libros de abogacia, estudio Derecho y es verdad que las tapas no buscan motivar su lectura.Son serias y no poseen mucho colorido como algunos profesores en la facultad, igualmente más alla de los diseños de la bibliografía es un mundo apasionante.Uno hace lo que realmente quiere o las normas juridicas y morales siempre nos frenan un poco, las normas estan siempre aunque casi sin notarlo? Pensaba hoy

N dijo...

Me acordé de una vez, no hace mucho, iba en un bondi por Facultad de Medicina y me impresioné cual niña pueblerina: "Cuánta gente...!". Me parecía insólito, y más extraño fue decirme "Pero vos vivías acá a 4 cuadras, N, no te hagás".
También viví en Uruguay entre Corrientes y Lavalle. Plaza Tribunales los fines de semana a la mañana es hermosa.
Qué nostalgia.

chistador anónimo dijo...

Hola, hablás de mí :D
Bueno, tal vez de algún clon de los tantos que habemos por ahí.

(Yo no sólo chisto: hablo solo, y digo "daaaaaaaleeeeeee", y hasta hago este gesto con la mano, poniéndola vertical y moviéndola levemente de arriba abajo).

Y a veces la gente que viaja a mi lado, me mira...

chistador anónimo dijo...

Hola, hablás de mí :D
Bueno, tal vez de algún clon de los tantos que habemos por ahí.

(Yo no sólo chisto: hablo solo, y digo "daaaaaaaleeeeeee", y hasta hago este gesto con la mano, poniéndola vertical y moviéndola levemente de arriba abajo).

Y a veces la gente que viaja a mi lado, me mira...

chistador anónimo dijo...

yo también chisto y le digo cosas a la computadora cuando está lenta, y la ansiedad me lleva a apretar de nuevo enter, y al final el comentario sale duplicado...
soy así.