miércoles, 20 de abril de 2011

Es el último, prometo

Véanlo. Fíjense qué simpático es Barenboim. Cómo se nota que ama lo que hace. Cómo puede hacer dirigir a los músicos, respetarlos y a la vez señalar cuándo las palmas sí y cuándo las palmas no a las viejas y viejos copetudos. Es un genio.



Update: por lo que leí durante este insomnio, la Marcha Radetzky, de Straus, es un tanto polémica porque se la considera como un símbolo reaccionario. Y por lo que leí, y lo que encontré, se toca en Viena todos los fines de año, y es tradición que el público aplauda y que los directores de orquesta hagan morisquetas y dirijan a todos al mismo tiempo.






5 comentarios:

Felicity dijo...

Noo... MUY groso! Casi me quise parar a aplaudirlo cuando termino... O a darle un abrazo no se!
Me sorprende la cara de ojete del publico igual! Yo estaria muerta de algeria!

Miss Bgui dijo...

El que mejor los dirige, es Borenboim de acá a Viena.

Soponcio Pilatos dijo...

Si querés ver a un director que te obliga a aplaudirlo de pie, no te pierdas a Carlos Kleiber. Ha hecho las mejores versiones de Beethoven que existen.
Ah, y este tipo se llama BAREINBOIM.

maru dijo...

soponcio: gracias por la recomendación! voy a buscar a carlos.

y, ay, esto te lo cuento porque es buenísimo: estaba segurísima de haber escrito BARENBOIM e iba a venir a pelearte porque me corregiste al pedo porque vos lo habías escrito mal (el nombre que metiste ahí tiene una "i" de sobra). pero justito justito me di cuenta que había escrito BORENBOIM, asi que ahí lo corrijo. pero ojo que casi me hacés meter la pata!

Soponcio Pilatos dijo...

Tenés razón, fue un error de tipeo. Eso me pasa por andar corrigiendo a los demás.
Respecto de Carlos Kleiber (y lo agrego sólo por si de veras vas a buscarlo), lo mejor de él está en sus actuaciones en vivo, cuyas grabaciones fueron escasas y hoy son recordadas por los privilegiados que asistieron como eventos únicos. La sinfonía Nro.7 de Beethoven en vivo es avasallante. También hizo versiones memorables de la Cuarta y la Séptima.
Nota: No confundir con Eric Kleiber, que fue su padre y también director de orquesta, aunque no de tal nivel.