miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿Te acordás?

Eran noches de verano en tu terraza. En esa terraza que ya estaba pintada de naranja. Me acuerdo el día que empezaste a pintarla. Yo me senté en el colchón y te hablé de Eurípides, te hablé de Las Bacantes. Vos me escuchaste, atento, mientras pasabas el rodillo y camuflabas las paredes llenas de humedad. Nunca quisiste tener plantas en tu terraza, y eso siempre me dio muchísima pena. Esa noche de verano fuiste al club armenio que quedaba cerca de tu casa, y yo fui al super a comprar cerveza. Nos encontramos en la puerta y volvimos a entrar. Trajiste humus, niños envueltos, y otras cosas que yo llamaba "la carne cruda", "eso con hojaldre", "el que tiene berenjenas". Prendiste velas. Me diste cerveza. Comí niños envueltos. "Pensé que iba a ser mas rico" me dijiste, y yo te respondí con una mueca, porque no sabía qué decirte. Al rato no comimos mas. Fumamos. Yo estaba de buen humor. Te hice performances de los mas extrañas, actué de varias personas a la vez. Hice las voces, me moví como ellos, jugué a que no era yo. Y vos te reías. Te doblabas de la risa. Me enseñaste a hablar en cordobés, a mi no me salió. Te saqué algunas fotos. A veces las miro. Seguí actuando. Inventando historias. Fabricando las teorías mas extravagantes sobre la vida y la muerte de las estrellas. Eso sí me da miedo: no creerme capaz de volver a hacer esas cosas frente a cualquier otro. Ahora siempre cuidadita, siempre con cautela, siempre dando de a un pasito, jamás actuando ni bailando delante de nadie. De vez en cuando te mostraba el vaso. Siempre me daba bronca que no leyeras que si te mostraba el vaso era porque quería algo para tomar. Y siempre te daba bronca que te mostrara el vaso y no te dijera que quería algo para tomar. Pocas veces hablamos el mismo idioma. Seguí. Te conté un chiste. Yo soy mala contando chistes, pero le pongo onda igual. Me hago la simpática. Y tan mala soy que me olvidé del final. El remate. Sin remate no hay chiste. Los puntos suspensivos nunca funcionan en el chiste. Me dijiste "sos una boluda". Me lo dijiste seco, como si me hubieras lanzado una piedra. Me levanté para ir al baño. Cuando volví me dijiste "vení, Diego Armando". Yo te devolví con una media sonrisa. Ya no estaba tan de buen humor. Es una falencia mia: un detalle mínimo puede arruinarme una noche. "No me digas gorda". "No te dije gorda, pero mirá las gambas que tenés". "¿Te acordás cuando recién me conociste? No podías creer que mi ex dijera que era gorda". Te reiste. "Estaba chamuyándote, boba". Te di el vaso de cerveza y te lancé un "servime" sin por favor ni gracias. Me quedé callada. Me tiré en el sillón. "No tenés sentido del humor" me dijiste, cuando en realidad yo necesitaba un beso que me hiciera olvidar que soy boluda, o que soy gorda o que tengo las piernas de Diego Armando. "El problema no es lo que me digas, el problema es el tono ese paternalista y pelotudo que usás cuando me decís ´boluda´". "No tenés sentido del humor". "Sentido del humor las pelotas". "No es culpa mia que tengas piernas gordas". "Bueno, ya está, cambiemos de tema" dije yo, que imaginaba que el vasito que tenía en la mano te hubiera quedado muy lindo de sombrero. "Siempre te las ingeniás para arruinar todo". Y yo te miré, te estudié, leí entre líneas, quise leer cosas lindas entre líneas, pero no había nada. Ya tenías esa cara que ponés cuando te enojás, cuando las cosas no son como querés, cuando alguien no te da la razón. Te ponés nervioso, te movés mas que de costumbre, te servís cerveza con mucha espuma porque no tenés control sobre tu cuerpo, caminás de un lado para el otro, dando pasos firmes y amagando con romper algo. "Vení que te doy un beso" te dije, tranquila. "No, ahora no tengo ganas". "Andá a cagar, pelotudo de mierda. Te estoy diciendo que te doy un beso, que pasemos a otro tema, y me decís eso. ´Ahora no tengo ganas´ ésta". "Encima sos una ordinaria. Siempre diciendo guarangadas". "¿Y vos? Qué te hacés el fino, bien que cuando te digo que me metas la pija bien adentro no me decís ordinaria. Bien que me pedís que te haga un pete. Y usás la palabra ´pete´ boludo, qué te la das de fino. De dónde te creés que venís, pelotudo de mierda".

Te fuiste. Te metiste en la casa. Te tiraste en el colchón. Prendiste el ventilador. Pusiste un disco de Radiohead. Apagaste la luz. Yo soplé las velas. Se me cayeron algunas lágrimas. Pensé que me había ido al carajo. Pensé que te trataba mal. Pensé que te perdía. Pensé en que esa es otra falencia mia: trato mal a la gente que quiero, les hago chistes de pésimo gusto, comentarios hirientes. Mi manera de demostrar cariño es por demás extraña. Dudá, si yo te hago un chiste sobre tu edad, o sobre alguna característica física tuya, puede que sienta cierto cariño por vos. Me acosté al lado tuyo. Te abracé. Me corriste. Volví a abrazarte. Te di un beso. Te di otro. Te susurré al oído que me perdonaras, que no lo había hecho a propósito. Me dijiste que estabas cansado de que te tratara mal. Volví a pedirte perdón, volví a besarte. Te diste vuelta, y me abrazaste. Todavía espero que vos también me pidas perdón.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero yo nunca te voy a pedir perdón. En ese momento me dí cuenta que no te querías, que me había ido al carajo y, sin embargo, preferías humillarte a no perderme. Y yo no soy así; yo me quiero y, por eso, mi perdón vale mucho.

ahh!ojoquenosoyningunmensoysequeesficcion
No? :)

PS Que sensibilidad tenes, Escritora!!

Anónimo dijo...

Hay de todo en la viña del Señor.
Pero por que tanta suplica?
Ma, yo que se.

dolores_oh dijo...

ah, "un detalle mínimo puede arruinarme la noche". eso mismo.

LeO dijo...

cuántas veces de un lado y cuántas veces del otro...

Anónimo dijo...

A veces sentimos que decir, "sí, empecemos de nuevo, perdoname!" es demasiado y no es digno de un verdadero macho... pero también podemos sentirlo y decirlo con la mirada nomás... ;)

Marian dijo...

Ayyy carajo! me vi. Me vi con mi ex. En la misma situación y yo con mis ralles tratándolo mal ante algun comentario pelotudo. Y después, la puteada. Hiriente como ella sola.
En fin...

(Ojo, no estoy justificando su reacción o diciendo que esos detalles que para vos son importantes, no lo sean realmente. Solo que en mi relación, generalmente, yo terminaba arruinándolo todo)

Por otro lado. Nunca dejes de ser VOS ante nadie. NUNCA!!! ok?

Besos, Marian.

Marian dijo...

Fe de erRATA (que soy escribiendo)
Ralles=Rayes.

maru dijo...

anonimus: sensibilidad? te parece?

paracuandoelnombre?

bbsampler: no sé, habría que preguntarle a la protagonista por qué tanta súplica!

dolores_oh: eso es bueno o malo? nos pasa a muchas? hay que trabajar en ese tópico?

leo: claro. siempre vamos de un lado a otro

pablo: con machismos a otro lado

tocaya: no es que deje de ser yo delante de otros. pero soy muy tímida a veces. yo siempre confundo rallar y rayar

besos!!

dolores_oh dijo...

que nos pasa a muchas, estoy segura.
no sé si es bueno o malo; sólo sé que a veces parecería más fácil que no pasara. tan fácil como creer en dios o en Alguna Causa Superior.
si encontrás el modo de lidiar con eso, PORFA avisame.

Anónimo dijo...

Sin embargo, no siempre despertabas esas sensaciones en todo el mundo para lograr ser catalogada de "boluda". Y tengo una simpática anecdota para comprobarlo. Recuerdo que habiamos filmado alrededor de 16 hs seguidas, y nos tocaba dormir en la locación. Loma del orto, cansancio e incomodidad. Yo me habia encargado de armar una gran camota, para que todo el equipo descansara. Tenía mi lugarcito preparado, el más acolchonadito. Recorrida del lugar para inspeccionar que no entre el cuco a robarnos, y cuando llego a mi esperado lecho, encuentro que una guachita ya lo habia ocupado. Me tocaba dormir entonces en la otra punta. Cabellera rubia y la puta madre que lo parió, me tocaba a su lado, y su olor a manzana verde no me dejaba pensar. Queria abrazarla para dormir acucharados toda la noche, pero no era el contexto, ni yo tampoco la persona que ella quisiera que lo haga. Era tal el metejón que tenia que no dormi en toda la maldita noche.
Ah! y lo de tus piernas.. tranquila, que son el camino directo a ese hermoso culo que tenes.
Este junto con esas manos marcadas en el vidrio son recuerdos que a veces no me dejan dormir.

Anónimo dijo...

jajaja, Anónimo!! Cómo se está poniendo esta novela, eh!! xD

Anónimo dijo...

mmm esta bueno!

Anabella dijo...

Es como la decima vez que lo leo. Me encanta.