viernes, 20 de agosto de 2010

¡Pero qué barbaridad, cuánta madre fanática de comunicarse a los gritos con sus hijos!

11 comentarios:

Perro que ladra dijo...

Sobre todo si el hijo se llama Jonathan.

carlos dijo...

excelente relato besos m

Miss Bgui dijo...

AY, BASTA, CARLOS! Detente con eso de los relatos. DETENTE!

Te ama
Mariana.

Institut des Hautes Etudes Carloncho dijo...

A Carlos no lo comprenden.
Aunque todos piensan que tiene un daño neurológico irreversible, es un semiólogo de nivel. Todo en él confluye en un relato. Fino lector de Habermas y seguidor de las teorías de la posmodernidad, interpreta -enriqueciéndolas- las miradas de Derrida, Deleuze y Baudrillard.
Rogamos que Carlos acepte la propuesta de nuestro Centro de Estudios para dictar seminarios sobre Contemporaneidad y Relato.
Interesados en asistir,inscribirse en la mesa ubicada bajo el gomero de Plaza Francia.

Wayne dijo...

Jajaja, mi imaginacion me lleva a pensar que ese "maravilloso relato" sale con olor a alcohol y un "hic" de hipo al final. :P

Unknown dijo...

Se llaman vecinos!

Unknown dijo...

Perdón vecinos hijos de puta!

Unknown dijo...

Madres eran las de antes que hacían guiso sin queja alguna!
Saludos

Pedro B. dijo...

genial! :D

Ahuyentando Miedos dijo...

madres eran las que te daban con el cinto antes de gritar!

sofía dijo...

Declaro a mi madre culpable y a mi persona una pobre víctima