domingo, 30 de junio de 2013

24 / Londres. Día 02

Disfruté muy poco la mañana: salir sin desayunar y con dolor de panza no fue la mejor decisión. No disfruté el café con leche que me compró Juan en un barcito de estación latino en el que le dijeron que ahí solamente se hablaba español ni disfruté el viaje en subte que siempre funciona bien ni disfruté la primera caminata buscando el mercado de Borough (en la estación London Bridge) que todavía estaba cerrado.

Empecé a disfrutar cuando cruzamos el London Bridge y nos dimos cuenta que teníamos que ir para el lado de Tower Bridge. Caminamos por la costanera que rodea el Thames junto a un grupo de estudiantes adolescentes que andaban por ahí de excursión. Por suerte no gritaban.


En el camino hacia el puente vimos algunos barquitos, edificios muy modernos contrastando con otros de principio de siglo o con otros de mucho antes: todos valían la pena. El día estaba nubladísimo y a mi me pareció que esas nubes y esa casi lluvia era Londres dándonos realmente la bienvenida. Llegamos a Tower Bridge para confirmar que para verla de adentro cobran más de 15 libras y ahí definimos que la constante de la ciudad es cobrarte por lo que sea que quieras hacer. También por ahí está Tower of London (también te cobran). Cruzamos el puente quedando de nuevo por debajo del río y caminamos hacia donde habíamos empezado el recorrido porque queríamos ir al Tate Modern, que es gratis. En el camino, de nuevo, vimos muchos edificios, negocios con cositas lindas (uno de ellos dedicado completamente a la navidad, suspiré mucho y pensé que esta ciudad en navidad debe ser bellísima pero que no creo que nunca venga porque yo soy de la banda del invierno pero tampoco la pavada). Entramos a una sucursal de Riverside y nos quedamos leyendo un rato, había un señor progre con su bebé y otro hijito, otro señor más grande al que confundí con Juan y miré para reirme de un chiste y cuando me di cuenta le pedí perdón y al hombre le pareció divertido, había un librito que se llama "How to be a btritish" que me pareció exquisitamente gracioso.

Un obrero impresionante
Juan mirando al obrero impresionante
Llegamos al Tate Modern y todavía sospechábamos que lo de la entrada gratis era un mito pero no, existe. Entrás y listo. Cuando salí te sugieren una colaboración de 4 libras y nada más. Lo más interesante del museo es que está dividido temáticamente: mi parte preferida fue Poet and Dreams. Recorrí todo lo que pude prestando atención pero no creo mucho en recorrer un museo por completo en unas poquitas horas. Mirar de reojo una obra no tiene mucho sentido.



De ahí salimos caminando para cruzar el puente Westminster y conocer uno de los puntos más turísticos de la ciudad. Para llegar pasamos por más lugares preciosos donde te cobran para entrar: London Eye (una vuelta al mundo gigante), el Nacional Theatre, el Royal Festival Hall. Había skaters en una pista haciendo piruetas, unos africanos haciendo un show callejero de acrobacia, otro tipo cantando y desafinando. Unos jardines que se llaman Queen´s Walk Windows Gardens que son básicamente unas ventanas y cuartos semiabiertos donde hay plantas, una instalación con timbres, una calesita con un cartel que decía All Ages Welcome, una china con su esposo, los dos vestidos con ropas de boda. Quién quiere pagar alguna atracción con todo lo que se puede ver gratis.



Cuando llegamos a Westminster y me encontré sacándole la foto al Big Ben me sentí bastante pelotuda pero después quise reconfortarme diciendo que dentro de muchos años voy a tener la foto de la hora exacta en la que conocí el reloj. Otra pelotudez pero bueno, no es tan fácil justificar las pavadas que uno hace estando de vacaciones (estoy a dos aviones de aplaudir un aterrizaje).



Recorrimos todos los alrededores avanzando como vacas al matadero, rodeados de doscientos millones de turistas que siempre se las arreglan para pararse a sacar una foto en el lugar más incómodo o donde estorban un poco más. Todo el tiempo me repetí mentalmente que está bien, que esta parte tenía que hacerla, que era media horita y volvía a los planes que me divierten más, que si no miro estas cosas después me arrepiento y que no sé cuándo voy a volver y eso.

Mientras caminábamos para ir al Soho y a Picadilly y así llegamos a Trafalgar Square y ya que estábamos nos metimos en la National Gallery: enorme e inabarcable y llena de gente. Si te interesa el arte claro que no vas a querer perderla pero igual: es enorme e inabarcble y llena de gente. El edificio es impresionante. Después de eso terminamos en el barrio chino porque se nos apareció antes que la calle que buscábamos así que nos metimos. Yo puse veinte centavos en una máquina, apoyé la mano en un sensor, me relajé y esperé el resultado: 83. Era una máquina para saber el estado mi estado de salud y ya sé que me cagaron, no se preocupen. Juan se comió un mango amarillo mientras yo miraba encantada las frutas y verduras que no conozco. Después se comió una especie de boio hecho al vapor con verduras adentro. Tenía sabor a masa cruda. Nos metimos en supermercados y compramos una salsa picante y comprobamos que no solamente en Londres te cobran por cualquier cosa sino que además es muy difícil encontrar algo por menos de 1 libra.



Terminamos yendo al Soho: bares y gente cancherísima, a Picadilly: chetos y Fortnum and Mason y chetos y tiendas tradicionales para sentirse por un rato un lord inglés, mucha gente, teatros, mucha gente, espectáculos callejeros, también caminamos por  Carnaby: más negocios, más gente canchera. Terminé la tarde pidiendo por favor salir de ese laberinto de gente y de compras que no puedo hacer y por suerte los subtes son tan eficientes que en cualquier boca que te metas podés planificar rapidísimo una combinación.

De nuevo compramos para hacer sanguchitos en el cuarto del hotel porque después de estar con tanta gente lo único que quiero es silencio, comida y la cama.
 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No TODO se paga en Londres. Hay museos como el de guerra, el de ciencias naturales y varios mas q son gratuitos. En el de ciencias podras ver cosas q jamas veras x estos lares, como un trozo de luna x ej. Y con respecto a la oyster, el dia q se van, en su ultimo viaje al aeropuerto hay una caja dedicada a eso. devuelven la tarjeta y te regresan el dinero q haya quedado cargado mas las 5 libras de la tarjeta. La torre de londres es un most do, osea... es la historia de la monarquia en crudo. su entrada lo vale y mas. yo diria q por favor no se lo pierdan. otro dato: si buscan hacer compras ultra baratas tienen q ir a los mercaditos llamados "iceland" tienen la comida mas barata q vi en mi vida aun comparando el valor de la libra a pesos.- saludos

Nuri148 dijo...

Qué bueno que le diste la 2ª oportunidad a Camden. leí tu primer post y pensé nooo ¿cómo no le gustó?
Los parques de Londres son geniales para descansar de las hordas de turistas.
Yo pagué para entrar a Westminster porque me moría de ganas desde que era chiquita y pagué para la London Tower que se amortizó con las 5 horas que pasamos adentro, pero sí, lo que es con entrada es caro. Aprovechá la gratuidad de los museos (aunque el British Museum tiene una circulación de mierda) y andá de nuevo al Big Ben de noche, es precioso.
Ah! Un museo que me gustó mucho, si te interesa, es el de historia de la ciudad (London City Museum). Muy moderno y con cositas interactivas.

Por cierto: Fish=pescado Chips=papas fritas. ¿qué esperaban encontrar con ese nombre? jajaja

Marian dijo...

El obreo estaba grabando un video para los Village People.