jueves, 5 de agosto de 2010

Quereme asi, neurótica

Yo te lo advierto: mi vida es una colección de pequeños acontecimientos que transformo en tragedias griegas. Lo cotidiano para mi es oscuro, problemático, patético, exagerado. Quereme asi: haciéndome problemas por nada, y por todo. Quereme asi de neurótica, asi de obsesiva, asi de quejosa. Quereme asi o no me quieras nada. Y sabé que si me preguntás cómo estuvo mi día, voy a contarte mis cuatro dramas, mis cuatro tragedias.

1. El taxista escucha la radio. En la radio hay: un oligofrénico que gritaba las noticias. Y una imbécil. Una imbécil que en lugar de decir "por favor" dice "pol farol". ¿Entendés? "POL FAROL" dice, la pelotuda, y se rie como una hiena. Y se empecina en repetir su chascarrillo una y otra vez y sigue riendo y yo pienso: "¿Realmente le pagan por esto?". Pienso todo el día en eso, no puedo sacar de mi cabeza su voz de pito repitiendo su expresión hasta la deformación. Quiero pensar que sos un invento, que sos una computadora, que no te pagan por eso, quiero pensar que no existís. Pero no. No sos un invento. No sos una computadora. Y sí: te pagan por decir "pol farol" en la radio. Existís.

2. Me subo al colectivo, está vacío y yo contenta. Elijo el asiento de atrás, del lado de la ventanilla. Saco un libro y pienso que no, que mejor no leo y miro qué pasa afuera, en la calle, o adentro, en el colectivo. Hace no mucho escuché en una película que le aconsejaban a una ex modelo ahora productora de moda que no importaba de dónde hacia dónde estuviera yendo y sin importar qué medio usara, siempre tenía que estar mirando qué pasaba alrededor. A veces lo pongo en práctica. Y entonces, el sufrimiento. Un señor de piernas interminables se sienta al lado mio. Eso es suficiente. Sufro todo el camino. No puedo pensar en otra cosa. Todo el trayecto Colegiales-Almagro internada en un drama. Me tortura. Alterno mirada hacia el afuera, mirada al colectivo que se va llenando hasta explotar, mirada hacia el señor al lado mio. No me concentro en nada, salvo en el quilombo que va a ser pararme, pedirle permiso, y hacer millones de malabares para no trompezarme con sus interminables piernas. La paso tan, pero tan mal, lo sufro tanto, pero tanto, que por momentos amago con lo siguiente: "Sigo hasta la terminal y ahí veo cómo vuelvo a casa".

3. Entro a una zapatería intentando persguir la suerte de ayer*. Entonces: me atiende una rubia teñida con las raíces crecidas y unos labios rojos carmesí que hacían juego con una flor en la cabeza, una flor que parecía marchita. Con decisión y plata en la billetera le digo "Por favor, ¿me traés estas y estas en 37?". Ella me trae y yo me pruebo una de cada par en cada pie, y la miro sorprendida y pensando lo peor: que un pie se me había agrandado mucho o que el otro se me había achicado mucho. Y también pienso, antes de decirle algo: "Esto es la muerte, no debe haber cirugías para pies, este es el comienzo del fin: estoy empezando a deformarme". "Una me queda grande y la otra chica" le digo con simulada tranquilidad, tratando de contener las lágrimas que provocan saber que me estoy deformando, que esto es solo el comienzo, que el jorobado de Notre Dame un poroto al lado mio. Y ella, fresquita, con sus labios rojos carmesí, su flor marchita y sus raíces crecidas, me contesta "Es que una es 36 y la otra 38".

4. Camino por avenida Corrientes. Me paro en seco en un local que vende sábanas, toallas y cosas para el baño (cuando recién me mudé, compré ahí una jabonera que se pegaba a la pared con una sopapa y le pregunté al señor: "Seguro que esto va a pegar, ¿no?". La jabonera está archivada en el fondo del placard: no hubo manera de que quedara quieta en la pared, siempre me estafan. Siempre). Miro algunas cosas desde afuera y de repente lo veo ahí y me desespero: un violín de plástico colgado entre las sábanas y las cortinas de baño. Un violín de cotillón, con cuerdas de tanza. Me violento. Qué hace ahí ese violín. Quién tuvo esa idea tan desafortunada. Díganme quién fue. Saquen ese violín de plástico que contamina la vidriera. Qué necesidad había. Por qué. Y sigo pensando lo mismo, y cada vez me angustio mas, me pongo mas nerviosa, ya no tengo frío, me olvidé de la subnormal que me trajo botas de cualquier tamaño, camino rápido, casi corriendo, me agito, me alejo del local pero lo único que quiero es volver y romper la vidriera a patadas. Me saco.


*ayer: entré a un local de ropa y lo vi ahí, colgado, floreadito, con un cartel imaginario que decía "Maru". El cartel imaginario lo tiene hace muchos meses y yo siempre lo vi y lo ignoré, ni siquiera me lo probé porque si además del cartelito con mi nombre absorbe algo de mi perfume es el acabose. Estaba fuera de presupuesto, siempre lo estuvo, hasta ayer, que además del cartelito con mi nombre llevaba otro cartelito que decía "Sale" y una cifra hermosa, redondita y accesible. Lo agarré para probarlo pensé lo peor: "seguro que estuve pensando en este vestido hace meses y ahora me lo pruebo y me queda horrible, siempre me pasa lo mismo, hacen ropa que a mi me queda mal, que me hace fea, caderona o con la espalda del tamaño de una heladera". Pero no: me lo probé y lo compré y llegué a mi casa y lo usé hasta que me fui a dormir y me miré en espejos y dije out loud: "¡encima me hace unas gomas bárbaras!".

16 comentarios:

carlos dijo...

te adoroooooooooooooooo besos m

Amélie dijo...

¿Te puedo acompañar a la zapatería para golpear a la rubia mal teñida hasta que pierda el no-conocimiento? O sea, ¿qué parte de "calzo 37" no entendió la pelotudita? ¡Qué pedazo de mogólicaaaa!
Te banco Maru

Miss Bgui dijo...

jajajajajajajajajajajajaja
SOS
UNA
LINDA.

Claro que te queremos así, ¿cómo más sino!?

Artus dijo...

más q' neurótica, diría: "minita totallll",... ya pasará. Tal vez con los años, te apacigües (o termines con un lindo chaleco de fuerzas :))

Vicky* dijo...

Siempre me pasa lo que me dicen: No 37 no tengo, tengo 35 o 40, 37 no.. pero probátelos eh!

clara dijo...

Estás muy mal.

búlgaro dijo...

jaja sos increible posta posta.

Nuri148 dijo...

A la de la zapateria hay que asesinarla. Punto.

Si por lo menos te hubiera dicho como le dicen a Vicky tres comentarios más arriba...

Aparte: Lo del vestidito ya me pasó a mí dos veces, con sendos vestiditos. Es una sensación tan linda!

MaRiaN dijo...

Increible el buen humor que genera una compra afortunada!
es im-pa-ga-ble el bienestar el resto del dia :)

Igual.. que insoportable la puta madre!
detesto las minitas como vos, y lo peor es que,CASI ...todas son iguales!!ja

David Criado dijo...

ajaja bien loco eh!

saludos!

Gabba dijo...

Sacate, sacate que me identifico. Saquémonos.

caffa dijo...

Quiero un violín de plástico, amarillo, y un contrabajo...... verde

Anónimo dijo...

Muy identificada con tu neurosis! que horror!!! jaja
Pequeñas cosas que te cagan un pedacito de vida!
Besos
Eli.

Wayne dijo...

calzas 37. las fotos me habian dado la impresion de que eras mas grande. bastante.

Ålmå dijo...

WOW. O encontré a mi doble, o lo que yo pensé que me caracterizaba es común a un gran porcentaje de minitas.

Anónimo dijo...

Mogolica?