Tuviste una pesadilla. Te movías muy fuerte y sacudías los brazos. No decías nada, pero hacías gemidos que indicaban que no la estabas pasando para nada de nada bien. Yo te sacudí un poquito pero ni te despertaste. Estabas transpirado y pegoteado. Aun así, te abracé y te hice mimos en la cabeza hasta que te quedaste dormido de nuevo.
Al rato pasó al revés. Yo estaba dormida y me desperté sobresaltada por un sueño feo. Aunque, a decir verdad, no tengo idea qué había soñado. Algo relacionado con esa película de mierda que vimos antes de dormir. Me hice la tonta y te sacudí hasta que te despertaste y me preguntaste qué me pasaba. "Tengo miedo". "Vení que te cuido". Me abrazaste y nos dormimos todos pegoteados, todos apretados.
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