En el brindis de fin de año o de comienzo de año me ganan el egoísmo y el pensamiento mágico. Pienso que si tomo un trago pensando que el año que viene va a ser mejor que éste, el año que viene, efectivamente, va a ser mejor. Este pensamiento mágico de tomar un trago, pedir un deseo y tener la seguridad de que va a cumplirse sólo tiene validez en el ámbito personal. Por eso yo no pido que haya trabajo para todos, ni paz mundial, ni alimentos lloviendo del cielo. Me parece una pelotudez suprema, pensar que porque tomás un trago y pedís un deseo universal, el deseo vaya a cumplirse.
Gracias por este año de compañía virtual, no quiero ponerme maricona, pero saberlos del otro lado me hace sonreir siempre. Gracias por haberme votado en cuanta estupidez se me ocurrió participar y gracias por haber hecho que ganara el premio de los lectores de Obglogo (tengo que contarles del día que fui a recibirlo, me bloqueé y me dieron el micrófono y fue un papelón). Gracias por entender que todo lo que pasa acá es de mentirita, es un chiste. Gracias a las minitas por no tener miedo en decir también soy minita y a los tipitos que vienen acá y comentan sin miedo a las minitas. Gracias por estar ahí, es por ustedes que yo sigo acá (ahí está, ya me puse todamaricona y se me llenaron los ojos de lágrimas). Hoy a las doce de la noche voy a llorar como todos los años, voy a brindar con mi hermana mirando algún cielo repleto de fuegos artificiales, voy a pensar que este año que termina fue increíble, y voy a repetir el deseo del año pasado:
Por un 2011 con el doble de risas,
¡salú!
¡salú!