Sobre las listas.
Todos los días me levanto y mientras desayuno pienso qué me falta del viaje y la verdad es que los días pasan y la lista sigue estando igual y probablemente la mitad de las cosas que están en ellas (que no son indispensables ni condiciones necesarias para viajar) queden pendientes. Los vagos somos así.
El problema más grande con las listas es que siempre, inevitablemente, algo queda afuera. A veces, cuando la lista es arbitraria y caprichosa, lo que queda afuera es tonto y reemplazable y finalmente no importa tanto que haya quedado afuera. Pero cuando la lista es una lista de tareas INDISPENSABLES el margen de error debe reducirse al mínimo y siempre, siempre, siempre queda la sensación de que algo nos estamos olvidando.
Yo soy fan de las listas de último momento. Cuando tenía que rendir un parcial y a dos días me faltaba leer más de la mitad del material pasaba horas armando una lista y cronograma detallando hora por hora qué iba a leer y cuándo lo iba a resumir y cuándo lo iba a repasar. En esos casos la lista de cosas por leer se volvía el elemento que más me presionaba y, aunque nunca terminaba de hacer los resúmenes a tiempo, me fue mal solamente en dos parciales en toda la carrera.
Yo soy fan de las listas de último momento porque tengo la sensación de que cuanto más tarde las haga y con más presión, menos voy a olvidar. Hace poco fui un fin de semana a Tigre (sí, ya sé que no tiene comparación) y minutos antes de acostarme a dormir hice una lista inmensa con todo lo que tenía que llevar y no podía de ninguna manera, bajo ningún punto de vista, olvidarme. Y no me olvidé nada.
Yo soy fan de hacer las listas a mano. En hoja cuadriculada de cuaderno de facultad o block A4 (no oficio, muerte al tamaño oficio), con birome negra trazo grueso. Si no están dadas las condiciones prefiero rendirme porque hacer una lista con tinta azul está demasiado cerca de la infelicidad y no estoy preparada para semejante tragedia.
Yo soy fan de las listas eclécticas. El temor a hacer una lista de INDISPENSABLES y olvidarme de algo ídem es tan grande que hago una sola lista enorme que va desde "Hacer equis trámite porque si no no podemos entrar a Europa" hasta "cotonetes".
La semana pasada me preguntaron varias veces qué me faltaba y yo no sabía contestar. A casi todos les dije que hoy, lunes, iba a hacer la lista definitiva de todo lo que me necesito pero la verdad es que hoy, lunes, me parece que todavía falta un montón para viajar y que si hago la lista así, con tanta anticipación y tan poca presión, no va a funcionar.
2 comentarios:
Te cuento mi experiencia con los viajes. Desde que era muy joven hago una lista con anticipacion y con mucha tranquilidad, y de ser necesario agrego items a medida que surgen o que recuerdo. Cuando llego al lugar no tiro la lista, puede servir para no olvidar traer algo.
Incluso conservo en la agenda una lista basica modelo modificable segun el clima, duracion del viaje, etc. Da resultado, creeme, se lo trasmiti a mis hijos y tambien les sirve. Ahora soy mayor y agrego algunos medicamentos para mi y mi marido cuando viajamos juntos, digamos un botiquin basico. Saludos
Maria
si por favor, muerte al oficio!
comparto lo obsesivo de la lapicera negra trazo grueso, excepto porque me libere hace un tiempo de los renglones y ahora escribo todo, TODO, en hojas lisas. (y porque no veo una hoja cuadriculada desde quinto grado.)
otra, aunque haya, mal que venga, items INDISPENSABLES, a veces me es preferible no planear de mas para no seguir engordando expectativas hambrientas, que se inflan como piñatas y probablemente se pinchen por exceso de aire.
buscar informacion turistica de un lugar? no. preguntarle a diez extraños de esa ciudad que lugar tendrias que visitar antes de dejarla? oh yeah.
como sea, gud lack con todo y que bien te sienta la ansiedad para la verborragia escrita, un cago de risa!
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