Volví el sábado después de un poco más de dos semanas afuera de mi casa.
Hoy, martes, empiezan una obra en el departamento de abajo.
Obra con todo.
Nada de dos golpecitos o una lija o unos gritos o un taladro un ratito.
No.
Golpes.
Golpes.
Golpes.
Golpes.
Desde las ocho de la mañana.
Golpes.
Acá se sienten los vidrios vibrar.
Se sienten los pisos vibrar.
Se siente mi cabeza a punto de explotar.
Y yo, ingenua, tontita, lo único que quería era volver a la paz de mi hogar.
3 comentarios:
ufaaa
andate d nuevo!
Inocente palomita. Bucaste paz en el lugar equivocado.
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